ARTICULOS DE OPINION


Revista digital de arte, cultura y opinión en Alicante. Enlace con POESIA PALMERIANA. En estas páginas no podemos estar ajenos a lo que pasa en España ni en el mundo. Dirigida por el escritor, poeta y pintor Ramón PALMERAL. Los lectores deciden si este blog es bueno, malo, o merece la pena leerlo. El periodismo consiste en decir lo que a algunos no les gustaría leer.

jueves, 11 de abril de 2019

Los poetas alicantinos Miguel Hernández y Juan Gil-Albert se conocieron en Madrid el 6 de abril de 1936

Descubrimiento de Ramón Fernández Palmeral en su comunicación impartida el 4 de abril a las 10 hora en la Casa Bardín del Instituto Alicantino de Cultura Juan Gl Albert. Ejemplar de "El rayo que no cesa". Tomado del blo del Congreso Internacional Juan Gil-Albert

             Ejemplar de "El rayo que no cesa" dedicado por Miguel Hernández a Juan Gil-Albert, Madrid, 06-04-1936. Este ejemplar estaba perdido en los estudios hernandianos, actualmente se  halla en el Archivo del sacerdote valenciano Alfonso Roig, a quien se lo regaló Juan, no sabemos cuando.
Miguel y Juan se conocieron en Madrid en la casa-imprenta de los Altolaguirre, calle Viriato73, el lunes de 6 de abril de 1936., ese dia tambien estaba Manuel Moreno Villa
Sacerdote valenciano Alfonso Roig Izquerido, amigo de Juan Gil-Albert y María Zambrazo

Carta del sacerdote Alfonso Roig dirigida a Josefina Manresa datada el 4.4.1968 donde le dice que "El rayo que no cesa" lo tenía en propiedad D. Juan Gil Albert





Carta  del sacerdote Alfonso Rog de 4-04-1968, dodne le dice a Josefina que el propiertario del rjemplar de El rayo que no cesa lo tenía D. Juan Gil-Albert. Este libro icónico en el hernandismo, se lo regaló Gil-Albert al sacerdote, y se encuentra en Valencia en el Archico de Alfonso Roig.

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Comunicación de Ramón Fernández Palmeral, 4 de abril 2019
Relación de amistad de Juan Gil-Albert con María Zambrano y Miguel Hernández en la II República.

 
  Se divide la comunicación en dos secciones: A) Sobre la amistad con María Zambrano, y B) sobre la amistad con Miguel Hernández.



                             (Ramón Fernández Palmeral en la mesa de oradores, 4 de abril 2019, a las 10 horas).

   A) La amistad entre Juan Gil-Albert y María Zambrano 

    Las primeras noticias que teníamos de la amistad de Juan Gil-Albert con María Zambrano, son las que nos diera Gil-Albert en Memorabilia publicado en 1975, donde hace dos citas de Zambrano, la primera en grupo de tres mujeres donde se pregunta dónde estarán: Concha Méndez, Rosa Chacel y Zambrano; y la segunda hace un rápido retrato de María que con su miopía y el gesto de sus cejas que parecía el rostro de las vírgenes andaluzas.
     Esto era todo lo que teníamos. Hasta que en julio de 2004 (centenario de Gil-Albert y de María Zambrano) visité la Fundación María Zambrano en el palacio de Beniel en Vélez-Málaga y encontré tres libros dedicados de Juan a María: Candente horror (1936), (de ideología izquierdista de la coalición del Frente Popular que ganará las lecciones del febrero del 36, y del gusto Zambrano). Contra el Cine (1955) y La trama inextricable (1968). Supongo que Candente horror se lo dio en mano en Madrid, después de febrero del 1936, puesto que el libro se publicó como separata de la revista  Nueva Cultura, una revista marxista de Valencia, en febrero de 1936, dirigida y fundada por el pintor Josep Renua, y auxiliado por Ángel Gaos y Miguel A. Ribes.
     Ninguno de ellos (Zambrano y Gil-Albert) nos confirma la fecha exacta de su encuentro en Madrid en un restaurante. Hallazgos del que di cuenta en un artículo publicado en el Diario Información  de Alicante el 19 de julio de 2004, y también en la revista AUCA, nº 28, de junio de 2013.
     Por una carta de Zambrano 15 de diciembre de 1968, tras recibir un ejemplar de La rama inextricable (carta que encontraron María Paz Moreno y Claudia Simón en el Archivo de Gil-Albert la Biblioteca Valenciana Nicolau Primitiu, y que publicaron en el libro  Carta a Juan Gil-Albert –Epistolario selecto, del IACJGA, Alicante, 2016,), le dice que recuerda cuando se conocieron en Madrid en un restaurante, cuando Juan iba con su madre y su hermana (tenía Juan dos hermanas Laura y Elena) y Zambrano estaba con Antonio Sánchez Barbudo, y Ramón Gaya, pero no nos da la fecha exacta del encuentro.  En 1936. Zambrazo era profesora de Filosofía en la Residencia de Señoritas (universitarias) y del Instituto de Enseñanza Media Cervantes de Madrid, donde también daba clase de francés Antonio Machado.
    En el citado archivo valenciano existen dos cartas más una del 30-04-1970 y la otra del 22-02-1974. Que no las he podido leer porque en el archivo me dijeron que no se podía leer ni publicar sin permiso de los derechos de autor, que son de los herederos de remitente.
    Luego Zambrano contrajo matrimonio el 14 de septiembre de 1936 con Alfonso Rodríguez Aldave (historiador y diplomático de la Republica) marcharon ambos a Santiago de Chile tras un mes de navegación, con parada en La Habana y Valparaíso. En plena guerra civil el matrimonio regresó a España, él se incorpora el frente y ella llega el 19 de junio de 1937 a Valencia (día de la toma de Bilbao por los Nacionales), y se incorpora a la redacción de la revista Hora de España, revista mensual que se publicó en Valencia y Barcelona entre enero de 1937 y noviembre de 1938, respectivamente (el último número 23, que se imprimió en enero del 39, no se distribuyó). Donde también estaban: Gil-Albert con Rafael Dieste, Antonio Sánchez Barbudo, Ramón Gaya, y Arturo Serrano Plaja.
    En la gran casa familia de Juan Gil-Albert en Valencia, situada frente al palacio de Marqués de dos Aguas,  dio alojo y cobijo  a Ramón Gaya y su mujer, a Rafael Dieste, a Luis Cernuda y  al matrimonio Altolaguirre…, era la sede de la revista Hora de España.
     En junio de 1937 con motivo del II Congreso Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura celebrado en el hemiciclo del Ayuntamiento de Valencia, coincide con Zambrano y Miguel Hernández, con éste participa en la «Ponencias  colectiva» de II Congreso, ponencia publicada en el número VIII de Hora de España.
     Con el traslado del gobierno de  la Republica de Valencia a Barcelona  en noviembre del 1937, Gil-Albert y Zambrano coinciden en Barcelona  donde Hora de España se sigue publicando, pero ahora el secretario será Gil-Albert a partir del núm. XIII de enero de 1938.  María Zambrano, junto a Enrique Díez-Canedo y Josep Renau formaban el jurado que le concedió el Premio Nacional de Poesía de 1938 (convocado por la Secretaria de Instrucción Pública en Barcelona)  a Gil-Albert por sus elegías, himnos y sonetos Son nombres ignorados, publicado en una separata de ediciones la revista Hora de España en Barcelona; pero Wenceslao Roces, entonces subsecretario de Instrucción Pública  le retiró el premio por no querer Juan afiliarse al Partido Comunista, y se lo dieron a Pedro Garfias.
    El 28 de enero de 1939 Zambrano cruzó la frontera francesa en compañía de su madre, su hermana Araceli, el marido de ésta y otros familiares, regresó a España el 20 de noviembre de 1984.  En febrero sale Gil-Albert para Francia y pasará al campo de concentración de Saint Cyprien, exilio en México y regreso a España en agosto de  1947 a Alcoy en Villa Vicenta en el Salt.
      Si bien Zambrano le brindó un artículo a Miguel Hernández en El País, el 9-07- 1978: «Presencia de Miguel Hernández»; no consta ninguno dedicado a Gil-Albert. En le Biblioteca Valenciana consta tres cartas remitidas por Zambrano:
           -15 de diciembre de 1968. Que recuerda cómo se conocieron.
           -30 de abril de 1970. Que contiene notas manuscritas.
           -22 de febrero 1974. Hace referencia al envío de unas cuartillas para un homenaje a Juan que debe ser por el 70º aniversario de su nacimiento.
            Pero en realidad son 4 cartas, falta la de 24-01-1974 del envío de unas  cuartillas homenaje a Juan. La 4 cartas  están publicadas en el libro Cartas a Juan Gil-Albert / Epistolario selecto (2016, 217-223).



B) Amistad de Gil-Albert con Miguel Hernández

    Sabíamos que Juan Gil-Albert y Miguel Hernández coincidieron por la «Ponencia colectiva» del II Congreso inaugurado el 4 de julio de 1937 en Valencia, pero no cuándo ni dónde se conocieron
     Posteriormente, a toro pasado, 29 años después Gil-Albert recordará su primer encuentro con Miguel Hernández en Madrid, en «Notas de un carnet. Miguel Hernández», en el prólogo a De oscura transparencia, libro de poemas de Juan Miguel Romá, Valencia, La Rueda, 1965; y posteriormente en el Homenaje a Miguel Hernández de la Revista de Occidente nº 139, de 1974,  donde escribe que conoció a Miguel un mes de abril de 1936 en la casa-imprenta de Manuel Altolaguirre y Concha Méndez situada en calle Viriato número73, donde nuestros dos jóvenes poetas publicaron los libros de sonetos en Ediciones Héroe: Hernández, El rayo que no cesa, el 24 de enero de 1936 y Misteriosa presencia, en el 4 mayo del mismo año, casa a donde también acudían José Moreno Villa o Luis Cernuda, por ser vecino de los Altolaguirre. Escribió el alcoyano que intercambiaron sus libros: El rayo que no cesa (E.R.C) y Misteriosa presenta (M.P.), pero esta afirmación propia de la memoria, no es del todo cierta, ya que el libro de M.P., se publicó un mes después del encuentro en abril, el 4 de mayo.
    La fecha exacta del encuentro entre nuestros poetas no la sabremos hasta que, en una carta del sacerdote y profesor Alfonso Roig dirigida a Josefina Manresa de fecha 04-04-1968,  le da cuenta que (E.R.C.), dedicado, era propiedad de D. Juan Gil-Albert, firmado con fecha 6 de abril de 1936, día de la semana que era lunes. Por consiguiente, y como la publicación de M.P. fue en mayo, un mes después del encuentro del 6 de abril,  no fue posible el intercambio de los poemarios aludidos por Gil-Albert, además el libro no llegó a ser distribuido, por cierre de la imprenta Héroe.

     Busqué el referido ejemplar de El rayo que no cesa, dedicado por Miguel Hernández a Juan en el Archivo de Juan Gil-Albert digitalizado en la Biblioteca Valenciana Nicolau Primitui, y no está referenciado. Pero por fortuna, en una exposición dedica al sacerdote Alfonso Roig Izquierdo (1903-1987) en el Museo Valenciano de la Ilustración y la Modernidad (MUVIM) en otoño de 2017, titulada Alfons Roig i la generació del 27, se mostró el famoso y perdido ejemplar de El rayo que no cesa, que Gil-Albert le había regalado al sacerdote por la amistad que tuvieron. ¿Quién le pude negar a un sacerdote la petición de un capricho bibliófilo de esta índole? Además existen cartas del sacerdote a Josefina Manresa pidiéndole leer la correspondencia de Miguel, pero ésta no se la envió para su lectura. Roig y Manresa  se conocieron epistolarmente por mediación del poeta oriolano Manuel Molina. El padre Roig había conocido en 1955 en Roma a María Zambrano, y ésta le dedicó el  artículo «Presencia de Miguel Hernández» de 1978 en El País. Roig y Zambrano, mantuvieron correspondencia desde 1955 a 1985, de la que existe un epistolario en editorial Debast, edición de Rosa Mascarell.
    En cambio, el ejemplar de Misteriosa presencia, que dice Gil-Albert haber entregado a Miguel, no se halla en el Legado de Miguel Hernández  digitalizado por la Diputación de Jaén, porque como he comentado se publicó el 4 mayo, confirmado por varios autores como Jaime Siles (Congreso 2004-29),  Alfredo Martínez de la Universidad de Queensland, o Manuel Parra Pozuelo en la revista AUCA, nº 28,  de junio 2013, donde  además escribe Parra que, el propio Gil-Albert trastocó deliberadamente el orden de publicación de Cadente horror por los sonetos de Misteriosa presencia, éste como su opera prima, tal vez para inscribirse en el gongorismo de la generación del 27. En este orden aparecen en Fuentes de la Constancia de 1972 y en la edición de José Carlos Rovira, de Cátedra de 1984.  



            (Reproducción de la portada de "Misteriosa Presencia" editado en Heroe el 4 de mayo 1936´)

   
    En julio de 1937 con motivo del II Congreso, celebrado en el hemiciclo del Ayuntamiento de Valencia (donde participaban 26 escritores españoles, con otros extranjeros) se encuentran de nuevo, ambos forman parte de texto la «Ponencia colectiva» formada por: Antonio, Sánchez Barbudo, Ángel Gaos, Antonio Aparicio, Arturo Souto, Emilio Prados, Eduardo Vicente, Juan Gil-Albert, J. Herrera Petere, Lorenzo Varela, Miguel Hernández, Miguel Prieto, Ramón Gaya y Arturo Serrano Plaja; y leída por este último.
    Después del II Congreso no se volvieron a verse ni a escribirse. Miguel viajará a Rusia para el V Festival de Teatro Soviético; y Gi-Albert continuará en Valencia, después a Barcelona y al exilio de Francia, México y Argentina.
    En el poemario El hombre acecha de 1939 (edición no distribuida, del que conocemos la edición de la Casona de Tudanca (Santander) de 1981) en el poema «Llamo a los poetas», se cita a un Juan en la penúltima estrofa, pero como no cita los apellidos, no se puede confirmar si se trata de Juan Gil-Albert, pero estoy seguro de que sí es Gil-Albert, sobre todo por la coincidencia del segundo apellido de Hernández, que era Gilalbert que se diferencia prosódicamente por el guión de Gil-Albert. La teoría de que fueran Juan Rejano o Juan Larrea no se sustenta porque Miguel no los conoció personalmente.
     No he encontrado cartas ni en los archivos ni legados de ambos «amigos». La ausencia de correspondencia o notas me la confirmó Jesucristo Riquelme el 13-03-2019, que ha publicado un libro ampliando el epistolario titulado Epistolario general de Miguel Hernández EDAF, 2019. Gil-Albert sí mantuvo correspondencia con Josefina Manresa, al menos tenemos la nota de fecha 29 de abril de 1985, un años después del fallecimiento de Manuel Miguel (Manolillo) ocurrida el 23 de mayo de 1984 a los 45 años.


      A modo de Colofón

    La relativa amistad personal entre Gil-Albert, Zambrano y Hernández, ha quedado  demostrada en la presente comunicación, amistad poco conocida por los investigadores. Si bien hemos podido averiguar la fecha en que se encontraron Juan y Miguel, desconocemos con exactitud la de Juan y María Zambrano.






Bibliografía consultada

–ALTOLAGUIRRE, Manuel, El caballo griego, Vocescríticas, Barcelona, 2010.
–BERROCAL, Alfonso, «Miguel Hernández y María Zambrano: lectura de un poema y un artículo», Actas II Congreso Internacional, pp. 413-422, (2003).
-HERNÁNDEZ, Miguel, O.C. III  RBA,  Barcelona 2006.
-FERNANDEZ PALMERAL, Ramón, «Tres dedicatorias prueban una amistad de 32 años entre Gil-Albert y Zambrano», Diario Información, Alicante 19-07-2004.
–––––––Miguel Hernández el poeta del pueblo, Amazon, 2015.
–GARCÍA CUETO, Pedro, Los homenajes a Juan Gil-Albert: un tribuno necesario a su obra, Sinepsada, digital, 13 de octubre de 2015.
–GIL-ALBERT, Juan, Concierto en «Mi» Menor, La Trama inextricable, Memorabilia (1934-1939), Obras Completas en prosa, 2, Instituto Alfonso el Magnánimo. Diputación provincial de Valencia, 1982.
––––––Fuentes de la Constancia (Antología), Edición de José Carlos Rovira, Ediciones Cátedra,  Letras Hispanas, Madrid, 1984.
––––––Mi voz comprometida, edición y prólogo de Manuel Aznar Soler, Editorial laila, Barcelona, 1979.
–CARNERO, Guillermo, Juan Gil-Albert). «La memoria y el mito», Actas del Congreso Juan Gil Albert del 8 al 12 de noviembre 2004, IACJGA, Alicante, 2007.
–MIRÓ, Adrián, Gil-Albert, desde Alcoy. IACJGA, Alcoy (Alicante), 1994.
–MARTÍNEZ, Alfredo, «Homografesis en Misteriosa presencia: Sonetos (1936), de Juan Gil-Albert», Actas XIV Congreso AIK(V.III).
–MORENO, María Paz y SIMÓN, Claudia, Cartas a Juan Gil-Albert / Epistolario selecto, IACJGAL, Alicante 2016.
–RIQUELME, Jesucristo, Epistolario General. Miguel Hernández, EDAF, 2019
–VV.AA., revista AUCA de Alicante, número 23, de junio de 2013.


Autor:
Ramón Fernández Palmeral
Comunicación día 4 de abril de 2019
       
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