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Comunicación de Ramón Fernández
Palmeral, 4 de abril 2019
Relación de amistad de Juan Gil-Albert
con María Zambrano y Miguel Hernández en la II República.
Se divide la comunicación en dos secciones:
A) Sobre la amistad con María Zambrano, y B) sobre la amistad con Miguel
Hernández.
(Ramón Fernández Palmeral en la mesa de oradores, 4 de abril 2019, a las 10 horas).
A) La amistad entre Juan
Gil-Albert y María Zambrano
Las primeras noticias que teníamos de la
amistad de Juan Gil-Albert con María Zambrano, son las que nos diera Gil-Albert
en Memorabilia publicado en 1975,
donde hace dos citas de Zambrano, la primera en grupo de tres mujeres donde se
pregunta dónde estarán: Concha Méndez, Rosa Chacel y Zambrano; y la segunda
hace un rápido retrato de María que con su miopía y el gesto de sus cejas que
parecía el rostro de las vírgenes andaluzas.
Esto
era todo lo que teníamos. Hasta que en julio de 2004 (centenario de Gil-Albert
y de María Zambrano) visité la Fundación María Zambrano en el palacio de Beniel
en Vélez-Málaga y encontré tres libros dedicados de Juan a María: Candente horror (1936), (de ideología
izquierdista de la coalición del Frente Popular que ganará las lecciones del
febrero del 36, y del gusto Zambrano). Contra
el Cine (1955) y La trama
inextricable (1968). Supongo que Candente
horror se lo dio en mano en Madrid, después de febrero del 1936, puesto que
el libro se publicó como separata de la revista Nueva
Cultura, una revista marxista de Valencia, en febrero de 1936, dirigida y
fundada por el pintor Josep Renua, y auxiliado por Ángel Gaos y Miguel A. Ribes.
Ninguno de ellos (Zambrano y Gil-Albert) nos
confirma la fecha exacta de su encuentro en Madrid en un restaurante. Hallazgos
del que di cuenta en un artículo publicado en el Diario Información de Alicante el
19 de julio de 2004, y también en la revista AUCA, nº 28, de junio de 2013.
Por una carta de Zambrano 15 de diciembre de
1968, tras recibir un ejemplar de La rama
inextricable (carta que encontraron María Paz Moreno y Claudia Simón en el
Archivo de Gil-Albert la Biblioteca Valenciana Nicolau Primitiu, y que
publicaron en el libro Carta a Juan Gil-Albert –Epistolario selecto,
del IACJGA, Alicante, 2016,), le dice que recuerda cuando se conocieron en
Madrid en un restaurante, cuando Juan iba con su madre y su hermana (tenía Juan
dos hermanas Laura y Elena) y Zambrano estaba con Antonio Sánchez Barbudo, y
Ramón Gaya, pero no nos da la fecha exacta del encuentro. En 1936. Zambrazo era profesora de Filosofía
en la Residencia de Señoritas (universitarias) y del Instituto de Enseñanza
Media Cervantes de Madrid, donde también daba clase de francés Antonio Machado.
En el
citado archivo valenciano existen dos cartas más una del 30-04-1970 y la otra
del 22-02-1974. Que no las he podido leer porque en el archivo me dijeron que
no se podía leer ni publicar sin permiso de los derechos de autor, que son de
los herederos de remitente.
Luego
Zambrano contrajo matrimonio el 14 de septiembre de 1936 con Alfonso Rodríguez
Aldave (historiador y diplomático de la Republica) marcharon ambos a Santiago
de Chile tras un mes de navegación, con parada en La Habana y Valparaíso. En
plena guerra civil el matrimonio regresó a España, él se incorpora el frente y
ella llega el 19 de junio de 1937 a Valencia (día de la toma de Bilbao por los
Nacionales), y se incorpora a la redacción de la revista Hora de España, revista mensual que se publicó en
Valencia y Barcelona entre enero de 1937
y noviembre de 1938, respectivamente
(el último número 23, que se imprimió en enero del 39, no se distribuyó). Donde también estaban: Gil-Albert con Rafael Dieste, Antonio Sánchez Barbudo, Ramón
Gaya, y Arturo Serrano Plaja.
En la
gran casa familia de Juan Gil-Albert en Valencia, situada frente al palacio de
Marqués de dos Aguas, dio alojo y cobijo a Ramón Gaya y su mujer, a Rafael Dieste, a Luis
Cernuda y al matrimonio Altolaguirre…,
era la sede de la revista Hora de España.
En junio de 1937 con motivo del II Congreso
Internacional de Escritores para la Defensa de la Cultura celebrado en el
hemiciclo del Ayuntamiento de Valencia, coincide con Zambrano y Miguel
Hernández, con éste participa en la «Ponencias
colectiva» de II Congreso, ponencia publicada en el número VIII de Hora de España.
Con el
traslado del gobierno de la Republica de
Valencia a Barcelona en noviembre del
1937, Gil-Albert y Zambrano coinciden en Barcelona donde Hora
de España se sigue publicando, pero ahora el secretario será Gil-Albert a
partir del núm. XIII de enero de 1938. María Zambrano, junto a Enrique Díez-Canedo y
Josep Renau formaban el jurado que le concedió el Premio Nacional de Poesía de
1938 (convocado por la Secretaria de Instrucción Pública en Barcelona) a Gil-Albert por sus elegías, himnos y sonetos
Son nombres ignorados, publicado en
una separata de ediciones la revista Hora
de España en Barcelona; pero Wenceslao Roces, entonces subsecretario de
Instrucción Pública le retiró el premio
por no querer Juan afiliarse al Partido Comunista, y se lo dieron a Pedro
Garfias.
El 28 de enero de
1939 Zambrano cruzó la frontera francesa en compañía de su madre, su hermana
Araceli, el marido de ésta y otros familiares, regresó a España el 20 de
noviembre de 1984. En febrero sale Gil-Albert para Francia y
pasará al campo de concentración de Saint Cyprien, exilio en México y regreso a
España en agosto de 1947 a Alcoy en
Villa Vicenta en el Salt.
Si bien Zambrano le brindó un artículo a
Miguel Hernández en El País, el 9-07-
1978: «Presencia de Miguel Hernández»; no consta ninguno dedicado a Gil-Albert.
En le Biblioteca Valenciana consta tres cartas remitidas por Zambrano:
-15
de diciembre de 1968. Que recuerda cómo se conocieron.
-30
de abril de 1970. Que contiene notas manuscritas.
-22
de febrero 1974. Hace referencia al envío de unas cuartillas para un homenaje a
Juan que debe ser por el 70º aniversario de su nacimiento.
Pero en realidad son 4 cartas, falta la de 24-01-1974 del envío de unas cuartillas homenaje a Juan. La 4 cartas están publicadas en el libro Cartas a Juan Gil-Albert / Epistolario
selecto (2016, 217-223).
B) Amistad de
Gil-Albert con Miguel Hernández
Sabíamos que
Juan Gil-Albert y Miguel Hernández coincidieron por la «Ponencia colectiva» del
II Congreso inaugurado el 4 de julio de 1937 en Valencia, pero no cuándo ni
dónde se conocieron
Posteriormente, a toro pasado, 29 años
después Gil-Albert recordará su primer encuentro con Miguel Hernández en Madrid,
en «Notas
de un carnet. Miguel Hernández», en el prólogo a De oscura transparencia, libro de poemas
de Juan Miguel
Romá, Valencia,
La Rueda,
1965; y posteriormente en el Homenaje a Miguel Hernández de la Revista de Occidente nº 139, de 1974, donde escribe que conoció a Miguel un mes de
abril de 1936 en la casa-imprenta de Manuel Altolaguirre y Concha Méndez situada
en calle Viriato número73, donde nuestros dos jóvenes poetas publicaron los
libros de sonetos en Ediciones Héroe: Hernández, El rayo que no cesa, el 24 de enero de 1936 y Misteriosa presencia, en el 4 mayo del mismo año, casa a donde
también acudían José Moreno Villa o Luis Cernuda, por ser vecino de los
Altolaguirre. Escribió el alcoyano que intercambiaron sus libros: El rayo que no cesa (E.R.C) y Misteriosa presenta (M.P.), pero esta
afirmación propia de la memoria, no es del todo cierta, ya que el libro de M.P., se publicó un mes después del
encuentro en abril, el 4 de mayo.
La fecha exacta del encuentro entre
nuestros poetas no la sabremos hasta que, en una carta del sacerdote y profesor
Alfonso Roig dirigida a Josefina Manresa de fecha 04-04-1968, le da cuenta que (E.R.C.), dedicado, era propiedad de D. Juan Gil-Albert, firmado con
fecha 6 de abril de 1936, día de la semana que era lunes. Por
consiguiente, y como la publicación de M.P.
fue en mayo, un mes después del encuentro del 6 de abril, no fue posible el intercambio de los
poemarios aludidos por Gil-Albert, además el libro no llegó a ser distribuido,
por cierre de la imprenta Héroe.
Busqué el referido ejemplar de El
rayo que no cesa, dedicado por Miguel Hernández a Juan en el Archivo de
Juan Gil-Albert digitalizado en la Biblioteca Valenciana Nicolau Primitui, y no
está referenciado. Pero por fortuna, en una exposición dedica al
sacerdote Alfonso Roig Izquierdo (1903-1987) en el Museo Valenciano de la Ilustración y la Modernidad
(MUVIM) en otoño de 2017, titulada Alfons Roig i la generació del 27, se
mostró el famoso y perdido ejemplar de El
rayo que no cesa, que Gil-Albert le había regalado al sacerdote por la
amistad que tuvieron. ¿Quién le pude negar a un sacerdote la petición de un capricho
bibliófilo de esta índole? Además existen cartas del sacerdote a Josefina
Manresa pidiéndole leer la correspondencia de Miguel, pero ésta no se la envió
para su lectura. Roig y Manresa se
conocieron epistolarmente por mediación del poeta oriolano Manuel Molina. El
padre Roig había conocido en 1955 en Roma a María Zambrano, y ésta le dedicó el artículo «Presencia de Miguel Hernández» de
1978 en El País. Roig y Zambrano, mantuvieron
correspondencia desde 1955 a 1985, de la que existe un epistolario en editorial
Debast, edición de Rosa Mascarell.
En cambio, el ejemplar de Misteriosa presencia, que dice
Gil-Albert haber entregado a Miguel, no se halla en el Legado de Miguel
Hernández digitalizado por la Diputación
de Jaén, porque como he comentado se publicó el 4 mayo, confirmado por varios
autores como Jaime Siles (Congreso 2004-29), Alfredo Martínez de la Universidad de
Queensland, o Manuel Parra Pozuelo en la revista AUCA, nº 28, de junio 2013, donde además escribe Parra que, el propio Gil-Albert
trastocó deliberadamente el orden de publicación de Cadente horror por los sonetos de Misteriosa presencia, éste como su opera prima, tal vez para inscribirse en el gongorismo de la
generación del 27. En este orden aparecen en Fuentes de la Constancia de 1972 y en la edición de José Carlos
Rovira, de Cátedra de 1984.
(Reproducción de la portada de "Misteriosa Presencia" editado en Heroe el 4 de mayo 1936´)
En julio de 1937 con motivo del II Congreso, celebrado en el hemiciclo del
Ayuntamiento de Valencia (donde participaban 26 escritores españoles, con otros
extranjeros) se encuentran de nuevo, ambos forman parte de texto la «Ponencia
colectiva» formada por: Antonio, Sánchez Barbudo, Ángel Gaos, Antonio
Aparicio, Arturo Souto, Emilio Prados, Eduardo Vicente, Juan Gil-Albert, J.
Herrera Petere, Lorenzo Varela, Miguel Hernández, Miguel Prieto, Ramón Gaya y
Arturo Serrano Plaja; y leída por este último.
Después
del II Congreso no se volvieron a verse ni a escribirse. Miguel viajará a Rusia
para el V Festival de Teatro Soviético; y Gi-Albert continuará en Valencia,
después a Barcelona y al exilio de Francia, México y Argentina.
En el
poemario El hombre acecha de 1939
(edición no distribuida, del que conocemos la edición de la Casona de Tudanca
(Santander) de 1981) en el poema «Llamo a los poetas», se cita a un Juan en la
penúltima estrofa, pero como no cita los apellidos, no se puede confirmar si se
trata de Juan Gil-Albert, pero estoy seguro de que sí es Gil-Albert, sobre todo
por la coincidencia del segundo apellido de Hernández, que era Gilalbert que se
diferencia prosódicamente por el guión de Gil-Albert. La teoría de que fueran
Juan Rejano o Juan Larrea no se sustenta porque Miguel no los conoció
personalmente.
No he
encontrado cartas ni en los archivos ni legados de ambos «amigos». La ausencia
de correspondencia o notas me la confirmó Jesucristo Riquelme el 13-03-2019,
que ha publicado un libro ampliando el epistolario titulado Epistolario general de Miguel Hernández
EDAF, 2019. Gil-Albert sí mantuvo correspondencia con Josefina Manresa, al menos
tenemos la nota de fecha 29 de abril de 1985, un años después del fallecimiento
de Manuel Miguel (Manolillo) ocurrida el 23 de mayo de 1984 a los 45 años.
A modo de Colofón
La relativa amistad personal entre Gil-Albert,
Zambrano y Hernández, ha quedado demostrada
en la presente comunicación, amistad poco conocida por los investigadores. Si
bien hemos podido averiguar la fecha en que se encontraron Juan y Miguel,
desconocemos con exactitud la de Juan y María Zambrano.
Bibliografía
consultada
–ALTOLAGUIRRE,
Manuel, El caballo griego,
Vocescríticas, Barcelona, 2010.
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-HERNÁNDEZ,
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-FERNANDEZ
PALMERAL, Ramón, «Tres dedicatorias prueban una amistad de 32 años entre
Gil-Albert y Zambrano», Diario Información, Alicante 19-07-2004.
–––––––Miguel Hernández el poeta del pueblo,
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–GARCÍA
CUETO, Pedro, Los homenajes a Juan
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octubre de 2015.
–GIL-ALBERT,
Juan, Concierto en «Mi» Menor, La Trama
inextricable, Memorabilia (1934-1939), Obras Completas en prosa, 2, Instituto
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––––––Fuentes de la Constancia (Antología), Edición
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––––––Mi voz comprometida, edición y prólogo
de Manuel Aznar Soler, Editorial laila, Barcelona, 1979.
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Guillermo, Juan Gil-Albert). «La memoria y el mito», Actas del Congreso Juan
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–MORENO,
María Paz y SIMÓN, Claudia, Cartas a Juan
Gil-Albert / Epistolario selecto, IACJGAL, Alicante 2016.
–RIQUELME,
Jesucristo, Epistolario General. Miguel
Hernández, EDAF, 2019
–VV.AA.,
revista AUCA de Alicante, número 23, de
junio de 2013.
Autor:
Ramón Fernández Palmeral
Comunicación
día 4 de abril de 2019