El
de Morella gana a los puntos y se corona en el Reino de Valencia
Ramón Palmeral
El púgil Ximo Puig
natural de Morella acertó cuando decidió adelantar las elecciones autonómicas
para hacerlas coincidir con las generales, aprovechando el tirón que intuyó
tenía el campeón nacional Pedro Sánchez. En aquella acertada decisión, como se
ha demostrado, tuvo en contra a sus dos socios del Botànic; pero se
equivocaron, porque después de treinta
años ganan los «socialistos» en las tres provincia de las Comunidad Valencia o
Levantina, que es como nos deberíamos llamar: castellonenses, valencianos y
alicantinos, porque pienso que no deberíamos llevar las tres provincias el
nombre una de ellas. Es como si los andaluces se llamaran todos: sevillanos.
La formación socialista
de Ximo Puig del PSPV ha ganado a los puntos las elecciones autonómicas levantinas, y ha
pasado, desde el último combate de 23 a
27, con 4 escaños más en Les Corts Valencianes (Las Cortes
Valencianas para los descendientes de Alfonso X el Sabio), para gobernar otra
vez junto a Compromís de Mónica Oltra (con camiseta nacionalista valenciana de
las 4 barras de gules), pierde dos puntos y pasa de 19 a 17, más los chicos de
Rubén Martínez Dalmau con la filial de EU (no Europa, sino Esquerra Unida) Rosa
Pérez Garijo; es decir Podemos-EU (morados de las franja republicana) pasan de
13 puntos a 8, pierde 5 escaños, quizás porque el voto de la izquierda
se movilizó con ferodos nuevos para frenar el auge que llevaba la deriva de la
derecha del PP más Vox que les impedía conciliar el sueño con eso de que los
ciudadanos pudieran tener armas para autodefensa, y el constante descalificativo
de «extrema derechona y pandemonio».
A pesar de la campaña «antifalangista» contra Vox, ha logrado 10 escaños, y su garantía de «España unida» no ha sido suficiente gancho. Toni Cantó de Ciudadanos sube de 13 a 18 puntos, pero se queda noqueado en un rincón entre las cuerdas de la oposición. El PP de Isabel Bonig, es un barco de cuatro casillas hundido en el juego de los barquitos, que desciende estrepitosamente de categoría de 31 a 19, es decir, pierde dos patitos (22), pienso que ha sido un castigo excesivo y el entrenador debió de tirar la tolla antes de quinto asalto.
A pesar de la campaña «antifalangista» contra Vox, ha logrado 10 escaños, y su garantía de «España unida» no ha sido suficiente gancho. Toni Cantó de Ciudadanos sube de 13 a 18 puntos, pero se queda noqueado en un rincón entre las cuerdas de la oposición. El PP de Isabel Bonig, es un barco de cuatro casillas hundido en el juego de los barquitos, que desciende estrepitosamente de categoría de 31 a 19, es decir, pierde dos patitos (22), pienso que ha sido un castigo excesivo y el entrenador debió de tirar la tolla antes de quinto asalto.
Ahora nuevamente se repetirá
el conocido Consell del Botànic o
botánico para los más legos. ¿Y qué es esto del famoso pacto del Botànic? Se
denomina así debido al acuerdo firmado en el jardín botánico de la Universidad
de Valencia el 11 de junio de 2015 entre PSOV, Compromís y Podemos para
gobernar con más valencianismos.
En este jardín
botánico florecen especies mediterráneas y endemismos de ecosistemas levantinos,
acoge una especie foránea como algunos ejemplares del Ginkgo viene del chino Ginkyo que significa «albaricoque
de plata» cuyas hojas secas en infusiones posee tantos beneficios para la salud
que uno rejuvenece sin darse cuenta, conocido también por el seudónimo de árbol
de «Los 40 escudos» debido al precio que
pagó un aficionado de París a un horticultor inglés por la compra de 5 ginkgos
al precio de 40 escudos cada uno.
Pasemos de la curiosidad botánica al resultado de las
elecciones autonómicas valencianas o levantinas (ya argumentado), como he dicho,
que sumará de 52 escaños (50 son lo
mínimo) de los «socialistosV» más Compromís que, sin darse cuenta ha perdido un
poco la sonrisa cuya lideresa es Mónica Oltra, abogada, nacida en Neus en
Alemania Occidental, de 55 kilos de peso y está entrenada en la
vicepresidencia; más los menos morados
de Podemos-EU que son Rubén Martínez Dalmau, el púgil es doctor en Derecho por la Universidad de
Valencia, peso medio; más el auxilio que lleva la coordinadora general de
Esquerra Unida (EU), Rosa Pérez Garijo, cuyo interés es avanzar en el bienestar
social de los más débiles (le honra), se sentarán a la izquierda en los
sillones del Palau de Borja (de la famosa familia de los Borgias italianos que llegaron a tener hasta un papa Alejando VI), sede de las Cortes desde 1983, cocina donde
los 99 diputados autonómicos se tirarán (a dar) los platos contras las cuerdas.