Y por qué cuento esto, simplemente porque por naturaleza somos
crédulos, nos creemos todo lo que nos cuentan, timadores, políticos,
estafadores, actores, sacerdotes, embaucadores, futurologos, vecinos,
amigos y demás fauna cavernario.
El mundo está montado para sacarte el dinero, bien desde el ocio o deporte con ventas de entradas, con cuadros sobrevalorados, ongs falsas, bancos, conciertos y ocio, el ocio estafador del cine o de los espectaculos, embaucadores profesionales, o de los restaurantes que te venden vinos de 20 euros, o loterías y apuestas.
Es decir, que todo en esta vida, en este perro mundo, está montado para sacarte las pelas, el dinero, los preciosos euros de oro son, ese dinero que tanto cuesta ganar con el sudor, el trabajo asalariado del hombre, la agricultura o el pastoreo.
Los otros días muy sutilmente me quisieron dar el timo del vecino, era ese tipo simpático, no feo, bien vestido, que te pregunta: "¿no me conoces?, soy el hijo de tu vecina, me he comprado piso del primero, me han traído los muebles y tengo que darles 636 euros, pero resulta que el cajero solo me da 600, y necesito 36 para pagarles. Luego yo, te lo devuelvo y lo meto en tu buzón". Yo, veterano en esto de prestar dinero sin devolución le dije que yo no llevaba dinero, y el timador se fue a buscar a otra víctima. El sistema es que te hablan y hablan acosando a la víctima con información falsa, para no dejarte pensar, para que sueltes el dinero y te deje tranquilo.
Cuando alguien te dice que es tu vecino, tu piensas en tu bloque de vecinos y como hay tantos, hijos o sobrinos o primos, tu en tu cabeza te monta una película, con pocas palabras tu ves en ti, su mundo, pero no es más que ficción propia que montas en tu cabeza, ves lo que piensas tú. O el timo del que no tiene dinero para el autobús, o el que dice que está muy enfermo y le duelen las muelas y no tiene para volver a su casa. O el tocomoso, o los trileros.
Es decir que hombres y mujeres somos crédulos, inocentes, somos fáciles de engañar, y sobre todo las personas mayores, nos compadecemos de todos los débiles o enfermos.
Por eso regla número unos cuando te pidan dinero no suelten un duro. No tengo, lo ciento búscate a otro lelo.
Regla dos no se puede ser bueno.
Regla tres no abrir la puerta a desconocidos.
Todavía te pueden dar el timo del "trocomocho" por ambición
Ramon Palmeral.
El mundo está montado para sacarte el dinero, bien desde el ocio o deporte con ventas de entradas, con cuadros sobrevalorados, ongs falsas, bancos, conciertos y ocio, el ocio estafador del cine o de los espectaculos, embaucadores profesionales, o de los restaurantes que te venden vinos de 20 euros, o loterías y apuestas.
Es decir, que todo en esta vida, en este perro mundo, está montado para sacarte las pelas, el dinero, los preciosos euros de oro son, ese dinero que tanto cuesta ganar con el sudor, el trabajo asalariado del hombre, la agricultura o el pastoreo.
Los otros días muy sutilmente me quisieron dar el timo del vecino, era ese tipo simpático, no feo, bien vestido, que te pregunta: "¿no me conoces?, soy el hijo de tu vecina, me he comprado piso del primero, me han traído los muebles y tengo que darles 636 euros, pero resulta que el cajero solo me da 600, y necesito 36 para pagarles. Luego yo, te lo devuelvo y lo meto en tu buzón". Yo, veterano en esto de prestar dinero sin devolución le dije que yo no llevaba dinero, y el timador se fue a buscar a otra víctima. El sistema es que te hablan y hablan acosando a la víctima con información falsa, para no dejarte pensar, para que sueltes el dinero y te deje tranquilo.
Cuando alguien te dice que es tu vecino, tu piensas en tu bloque de vecinos y como hay tantos, hijos o sobrinos o primos, tu en tu cabeza te monta una película, con pocas palabras tu ves en ti, su mundo, pero no es más que ficción propia que montas en tu cabeza, ves lo que piensas tú. O el timo del que no tiene dinero para el autobús, o el que dice que está muy enfermo y le duelen las muelas y no tiene para volver a su casa. O el tocomoso, o los trileros.
Es decir que hombres y mujeres somos crédulos, inocentes, somos fáciles de engañar, y sobre todo las personas mayores, nos compadecemos de todos los débiles o enfermos.
Por eso regla número unos cuando te pidan dinero no suelten un duro. No tengo, lo ciento búscate a otro lelo.
Regla dos no se puede ser bueno.
Regla tres no abrir la puerta a desconocidos.
Todavía te pueden dar el timo del "trocomocho" por ambición
Ramon Palmeral.