ARTICULOS DE OPINION


Revista digital de arte, cultura y opinión en Alicante. Enlace con POESIA PALMERIANA. En estas páginas no podemos estar ajenos a lo que pasa en España ni en el mundo. Dirigida por el escritor, poeta y pintor Ramón PALMERAL. Los lectores deciden si este blog es bueno, malo, o merece la pena leerlo. El periodismo consiste en decir lo que a algunos no les gustaría leer.

domingo, 17 de febrero de 2019

VOX. El proceso contra los 12 separatistas. la Euroorden. EU

El secretario general y abogado de Vox, convencido de que probará la rebelión en el juicio del «procés»: «La fuerza intimidatoria de 18.000 mossos contra el Estado también es violencia»


MadridActualizado:


Hace apenas tres semanas se le fotografió con Teodoro García Egea (PP) firmando el reparto de la Mesa del Parlamento de Andalucía y estos días lo vemos enfundado en su toga en el juicio del «procés», donde ejerce la acusación popular de Vox, el partido del que es secretario general. Javier Ortega Smith, número dos de Santiago Abascal, se siente con fuerza para afrontar esta histórica vista en la que no se plantea otro escenario que no sea el de una condena por rebelión. 


-¿La personación de Vox en esta causa ha sido un trampolín para el partido?

-En realidad ha sido una consecuencia. El objetivo era la persecución de los golpistas, que se llevara a cabo la investigación de unos hechos que entendíamos muy graves. Nuestra labor fue hacer lo que otros no hacían.
-¿El Gobierno tendría que haber sido más contundente en Cataluña?
-Cuando dimos la voz de alarma en enero de 2017 lo hicimos porque no actuaba la Fiscalía, la Abogacía del Estado ni ningún otro partido. Estábamos solos. No fue hasta octubre cuando la Fiscalía presentó sus querellas. Las nuestras llevaban dos meses ya en el Supremo y antes en el Juzgado de Instrucción 13 de Barcelona, donde denunciamos que se estaba creando una administración paralela y preparando un golpe de Estado...
-¿Se minusvaloraron los pasos que iban dando los independentistas?
-Yo creo que había una connivencia con los golpistas. El Gobierno de Rajoy sabía lo que estaba pasando. Artur Mas en sede judicial lo reconoció: había una comisión con un representante del PSOE, uno del PP y otro de la Generalidad, y los tres sabían lo que estaba pasando. Aquí entraríamos ya en un debate político. ¿No se atrevieron a actuar? ¿Era parte de las cesiones que durante 40 años se han hecho a los golpistas? No sé si se estaban pagando precios de apoyos pasados, si era simple cobardía o si era complicidad. Quizá un poco de todo.
- ¿Qué puede aportar que Rajoy, Sáenz de Santamaría y Montoro declaren como testigos en el juicio?
-Rajoy tuvo conocimiento del golpe de Estado que se estaba preparando. Había más que sobradas razones para que ejerciera una potestad que solo él podía ejercer, que era la aplicación del 155 de la Constitución. Sólo él podía apretar ese botón.
- Sin embargo, no es a Rajoy ni a su equipo a quien se está juzgando. Puede dar la impresión de que intentan sacar un rédito político de cara a las elecciones de mayo.
-Nosotros queremos que nos cuenten los datos que tenían. Soraya Sáenz de Santamaría hizo una cosa extrañísima en la «operación diálogo»: los independentistas anunciaron un golpe de Estado y aun así se reunió con ellos para ver cómo lo iban a dar. De la información que puedan aportar podremos deducir si esto se podría haber evitado. Y usted me dirá: y si es así, ¿se va a querellar contra ellos? Igual más adelante.
-Pero esa hipotética connivencia de la que usted habla, que el Gobierno hubiera mirado para otro lado, es un argumento que sirve a las defensas, no a la acusación...
-No, porque el que el Gobierno no lo hiciera bien no significa que los otros no lo hayan hecho mal.
-¿Cree que la postura del nuevo PP ante unos hechos similares en Cataluña sería otra ahora mismo?
-Yo creo que sí, sinceramente. Me sorprendió que Pablo Casado dijera que ya hay que aplicar un 155 duro. Quiero pensar que no es oportunismo porque ahora están en la oposición y no tienen que aplicarlo ellos, pero al menos dice lo que otros no decían.
-El relato de la Fiscalía y Vox sobre lo sucedido en Cataluña es muy distinto al de la Abogacía del Estado. Ustedes acusan por rebelión; la Abogacía sólo ve «incidentes callejeros»...
-La Abogacía del Estado había mantenido a lo largo de la instrucción una línea de absoluta coherencia, similar a la de acusación popular y pública respecto a la rebelión. Sin embargo, con el cambio de gobierno purgaron al jefe de los servicios penales de la Abogacía del Estado, Edmundo Bal, y se cambió la línea de la acusación. Desde luego la Abogacía va a tener un papel complicado, ya no tiene ninguna credibilidad. De lo que no tengo ninguna duda es de que entre la Fiscalía y Vox va a quedar perfectamente acreditado lo que es un clarísimo delito de rebelión. En este juicio lo que se va a demostrar es que el objetivo final y prioritario era vulnerar la Constitución, desobedecer las sentencias del TC, subvertir el ordenamiento constitucional y, en definitiva, doblegar la voluntad del Estado de Derecho. Y eso entra dentro de la esencia de los delitos contra la Constitución y no contra el orden público.
-¿Qué pasaría si la Fiscalía cambia de criterio y al finalizar el juicio, en sus conclusiones definitivas, tampoco viera rebelión?
-Cuando lo que ha habido por medio ha sido un cambio de gobierno sonaría a instrucción política y eso sería un golpe de muerte contra cualquier principio de independencia de la Fiscalía, que aunque tiene una dependencia jerárquica, está sujeta a la legalidad. No se puede cambiar una posición jurídica por criterios políticos. Si nos encontráramos ante ese escenario sería un escándalo internacional mayúsculo. Vox va a mantener la calificación de rebelión, lo que permitiría al tribunal condenar por ese delito.
-¿Por qué la Fiscalía pide 25 años para Junqueras y ustedes 74?
-Porque para nosotros aquí hay una organización criminal en la que cada uno tenía su papel. Hay un reparto de funciones con una hoja de ruta que es la que se sigue. Todos la siguieron aunque algunos se quedaron vendidos cuando vieron cómo otros se fugaban.
-¿En qué momentos del «procés» hubo violencia?
-El 20 de septiembre y el 1 de octubre desde luego, pero la fuerza intimidatoria de 18.000 agentes desobedeciendo al Estado también es violencia. Si sustraes el poder de la fuerza legítima del Estado y lo pones al servicio de una organización con un objetivo ilegítimo estás violentando al Estado.
-¿La respuesta internacional a España supone la muerte de la euroorden?
-Es un golpe de gracia a la propia euroorden. El acuerdo marco se basa en la confianza entre los Estados miembros. Si España tuviera un gobierno decente teníamos que haber salido de ahí.
-¿Ve factible un indulto en caso de condena?
-Cuando eso ocurra Pedro Sánchez ya estará muy de salida. No se atrevería desde un punto de vista político porque con el tribunal y la Fiscalía en contra, tendría un coste brutal.