Los cuatro jinetes del Apocalipsis, hizo millonario a Vicente Blasco Ibáñez, aladid del Naturalismo español, epógono de Emilo Zola. Le seguirían la novela sobre la guerra en el mar, Mare Nostrum (1918), y otra sobre la retaguardia, Los enemigos de la mujer (1919), que completaría la trilogía sobre la "Gran Guerra".15 Según algunas versiones la novela fue un encargo personal del presidente francés Raymond Poincaré a Blasco para que escribiera una novela sobre la guerra.
En Europa la novela Los cuatro jinetes del Apocalipsis pasó desapercibida, desplazada por Sin novedad en el frente de Erich María Remarque, pero en Estados Unidos obtuvo un enorme éxito con más de doscientos mil ejemplares vendidos en solo un año. «Desde La Cabaña del tío Tom
no se había conocido un fenómeno semejante. Se vendían ceniceros,
corbatas, pisapapeles, con motivos alusivos a la novela, y todo el mundo
quería conocer al autor».16 Fue el libro más vendido en Estados Unidos en 1919 según Publishers Weekly, hasta el punto que en 1921 se realizó la versión en cine protagonizada por un novel Rodolfo Valentino.
Las fotografías del retrato al óleo que le hizo Sorolla aparecen en
todos los periódicos. Es el libro más leído después de la Biblia.
Cigarrillos, juguetes, jabones, portan la imagen de los cuatro jinetes. Mister Ibanyés
se convierte en el hombre más popular de América. Nuevamente viaja al
gran continente y habla en iglesias católicas, protestantes, masónicas,
sinagogas. Todos le escuchan.
La gira norteamericana la organiza un tal Mr. Pond, cuyo abuelo había organizado la gira de Charles Dickens por Estados Unidos que le hizo rico. Blasco Ibáñez viaja por todo el país y recibe el doctorado honoris causa por la Universidad de Washington. Gana mucho dinero con las conferencias y una cadena de prensa le contrata por mil dólares el artículo, una cifra nunca pagada hasta entonces —al volver se comprará un coche Rolls Royce—. En Hollywood firma el contrato para las versiones cinematográficas de Los cuatro jinetes del Apocalipsis y de Sangre y Arena, que protagonizará Rodolfo Valentino. Después visita México invitado por el presidente Carranza. En 1921 vuelve a España camino de la Costa Azul donde se ha comprado una villa a la que ha bautizado con el nombre de Fontana Rosa, evocación del chalé de la Malvarrosa, en la que pasará el resto de sus días. Pasa por Valencia donde el entusiasmo popular se desborda, sus correligionarios le ofrecen un espectacular homenaje y el Ayuntamiento le dedica la calle en que nació y organiza una cabalgata con carrozas alegóricas que reproducen escenas de sus novelas. «Blasco se dirige a las masas que, como veinte años antes, ocupan la calle dando vivas a la república y a la libertad. El líder político ha vuelto a los suyos aureolado de triunfos internacionales, convertido en mito. En Valencia ningún personaje público ha tenido el arrastre que tuvo Blasco, nadie ha podido suplantarle en la memoria popular».17
En su finca de la Costa Azul escribe novelas por encargo —un editor le llega adelantar 50 000 dólares por una que trate del descubrimiento— y súbitamente decide realizar un viaje alrededor del mundo, del que extrae también cuantiosos beneficios al escribir crónicas periodísticas sobre los lugares exóticos que va visitando que luego recopilará en un libro titulado La vuelta al mundo de un novelista que se publicará en tres volúmenes entre 1924 y 1925.18
La gira norteamericana la organiza un tal Mr. Pond, cuyo abuelo había organizado la gira de Charles Dickens por Estados Unidos que le hizo rico. Blasco Ibáñez viaja por todo el país y recibe el doctorado honoris causa por la Universidad de Washington. Gana mucho dinero con las conferencias y una cadena de prensa le contrata por mil dólares el artículo, una cifra nunca pagada hasta entonces —al volver se comprará un coche Rolls Royce—. En Hollywood firma el contrato para las versiones cinematográficas de Los cuatro jinetes del Apocalipsis y de Sangre y Arena, que protagonizará Rodolfo Valentino. Después visita México invitado por el presidente Carranza. En 1921 vuelve a España camino de la Costa Azul donde se ha comprado una villa a la que ha bautizado con el nombre de Fontana Rosa, evocación del chalé de la Malvarrosa, en la que pasará el resto de sus días. Pasa por Valencia donde el entusiasmo popular se desborda, sus correligionarios le ofrecen un espectacular homenaje y el Ayuntamiento le dedica la calle en que nació y organiza una cabalgata con carrozas alegóricas que reproducen escenas de sus novelas. «Blasco se dirige a las masas que, como veinte años antes, ocupan la calle dando vivas a la república y a la libertad. El líder político ha vuelto a los suyos aureolado de triunfos internacionales, convertido en mito. En Valencia ningún personaje público ha tenido el arrastre que tuvo Blasco, nadie ha podido suplantarle en la memoria popular».17
En su finca de la Costa Azul escribe novelas por encargo —un editor le llega adelantar 50 000 dólares por una que trate del descubrimiento— y súbitamente decide realizar un viaje alrededor del mundo, del que extrae también cuantiosos beneficios al escribir crónicas periodísticas sobre los lugares exóticos que va visitando que luego recopilará en un libro titulado La vuelta al mundo de un novelista que se publicará en tres volúmenes entre 1924 y 1925.18