Mientras el gobierno de Sánchez hace el avestruz, mira para otro lado esta obsesionado con los Presupuestos. Celaá ni sale para dar explicaciones. Este es el gonierno de Sánchez. Nadie en el gobierno habla cuando sabemos que hay una profunda crisis en el PSOE, a punto de desaparecer como partido en el Congreso.
La convivencia con los VTC, y los taxis se tienen que arreglar con la norma de 1x30, es decir que hay que anular un montón de licencias de VTC, aunque vayan al paro, de lo contrario, el sector del taxi tiende a desaparecer.
Los que están pagando son los usuarios, rehenes de las huelgas salvajes y desarrollo. Ya tienen su herido grave, y Sánchez, sin salir a dar soluciones.Abalos se quitó inútilmente la patata caliente de encima pesando que Sánchez iba a convocar elecciones.
Internet y los nuevos tiempos informáticos favorecen que los ciudadanos puedan elegir los servicios públicos que más les interese. No podemos volver atrás. Pero no en un liberalismo salvaje, todo ha de estar regulado por bien de la convivencia.
El ciudadano son los rehenes perjudicados. Corte de carretera y huelgas, chalecos amarillos hasta que Sánchez hables como Macron en Francia.
La solución es que se cumpla la ley. La guerra del taxis es un problema nacional, no local.
La convivencia con los VTC, y los taxis se tienen que arreglar con la norma de 1x30, es decir que hay que anular un montón de licencias de VTC, aunque vayan al paro, de lo contrario, el sector del taxi tiende a desaparecer.
Los que están pagando son los usuarios, rehenes de las huelgas salvajes y desarrollo. Ya tienen su herido grave, y Sánchez, sin salir a dar soluciones.Abalos se quitó inútilmente la patata caliente de encima pesando que Sánchez iba a convocar elecciones.
Internet y los nuevos tiempos informáticos favorecen que los ciudadanos puedan elegir los servicios públicos que más les interese. No podemos volver atrás. Pero no en un liberalismo salvaje, todo ha de estar regulado por bien de la convivencia.
El ciudadano son los rehenes perjudicados. Corte de carretera y huelgas, chalecos amarillos hasta que Sánchez hables como Macron en Francia.
La solución es que se cumpla la ley. La guerra del taxis es un problema nacional, no local.