ARTICULOS DE OPINION


Revista digital de arte, cultura y opinión en Alicante. Enlace con POESIA PALMERIANA. En estas páginas no podemos estar ajenos a lo que pasa en España ni en el mundo. Dirigida por el escritor, poeta y pintor Ramón PALMERAL. Los lectores deciden si este blog es bueno, malo, o merece la pena leerlo. El periodismo consiste en decir lo que a algunos no les gustaría leer.

jueves, 13 de diciembre de 2018

Érase una vez... ¿Alonis, Alone, Alonai, El Campello?, Por Teófilo Ureña García



Érase una vez... ¿Alonis, Alone, Alonai, El Campello?
Alonis, Alone, Alonai, podría situarse en lo que hoy conocemos como El Campello. El nombre pudo estar relacionado con cereales, pero la zona no parece adecuada para ello; quizás se trate de la habitual helenización de un nombre propio, Kan be Lau. Estrabón y Estéfano de Bizancio coinciden en calificarla como colonia massaliota, hecho que pudiera deberse a la presencia de comerciantes massaliotas ocupando el puesto dejado por los púnicos. Massalia era la actual Marsella.
6 de abril de 2009
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Alonis, Alone, Alonai, podría situarse en lo que hoy conocemos como El Campello. El nombre pudo estar relacionado con cereales, pero la zona no parece adecuada para ello; quizás se trate de la habitual helenización de un nombre propio, Kan be Lau. Estrabón y Estéfano de Bizancio coinciden en calificarla como colonia massaliota, hecho que pudiera deberse a la presencia de comerciantes massaliotas ocupando el puesto dejado por los púnicos. Massalia era la actual Marsella. Los massoliotas fundaron cuatro colonias al norte de Mastia: dos entre el cabo Nao y cabo Palos; Alonis más debajo de Benidorm (Estéfano) y una desconocida (Estrabón, 159) que llevaba un nombre griego Akra Leuke (Diodoro, 25,10) y otras dos más norte. Estrabón (3,4,6) cita tres colonias : Hemeroskopeion, Akra Leuka y Alonis. Herodoto, menciona: Emporion, Hemeroskopeion, Alonai, Molydon, etc. De enorme importancia para la helenización del mundo ibérico. Ambos autores coinciden también en que en sus inmediaciones se hallaba una isla, Plumbaria o Planesia. Yo me decanto por Planesia, situando a Plumbaria en Benidorm. Esta teoría ha sido seguida por autores como Madoz y Orts Berdin. Las fuentes esenciales de Estrabón para la redacción de su Libro III (Iberia) fueron otros autores griegos de las épocas arcaica, clásica y helenística: geógrafos como Piteas, Eforo, Eratóstenes. Artemidoro y su contemporáneo Poseidonio, historiadores como Polibio, gramáticos como Asklepiades de Myrlea y por supuesto el inevitable Homero, cuya utilidad histórica reivindica frente a la crítica de Eratóstenes. Ptolomeo cita entre las poblaciones importantes de la Contestania al puerto de Alonai, relacionada con el comercio griego. Alonai es un enclave antiguo, mencionado por Artemidoro de Efeso hacía el 100 a.C. como “ isla y ciudad de Massalia). Hoy nos encontramos en un punto crucial, en el que están saliendo a la luz, espacios monumentales que podemos adscribir a la ciudad romana de Allon, Alonis, Alone, Alonai. Los geógrafos Guarino Veronensi y Gregorio Tifernate, sitúan a Alonis en nuestra costa, próxima al rio Alebo (Monnegre). Antonio García y Bellido, geógrafo, en su traducción de Estrabón, y como nota a pie de página apunta la teoría de que Alonai podría situarse en el mismo lugar. Escolano, en sus Décadas, asume también esta teoría. El origen de Alonai, Allon, Alonis, Alone, no es claro. Recientemente esta cuestión ha sido analizada por P. Moret (2000,250 ss), a cuyo trabajo remito para más detalles. Tradicionalmente se ha propuesto un origen griego (Tovar,1989,t,3,205), bien con el vocablo griego alonia (era) (Schulten, 1992,232) o con alon (sal). Precisamente ésta sirvió para defender la ubicación de Allon en Santa Pola y Guardamar, por la existencia de salinas en sus inmediaciones, pero la derivación de esta palabra, con espíritu áspero, a Alonis (espíritu suave) es forzada, como opinan Correll (1999) y Moret (2000). E. Llobregat (1990,68,97) propuso un origen ibérico de la palabra, que a Moret le parece, igualmente la más probable. Desde el Renacimiento y sobre todo durante los siglos XVIII y XIX, algunos eruditos analizaron con atención los textos de la antigüedad clásica tratando de encontrar en ellos referencias históricas para explicar el origen de nuestro Campello. Se esforzaron en demostrar que tal o cual texto hace referencia a nuestra ciudad. La tendencia actual entre los historiadores es desmitificar el valor de estos textos clásicos por ser demasiado imprecisos. Sin embargo hemos de tener en cuenta la narración de D. Vicente Bendicho, Cronista de Alicante, que nos dice, según el Excmo. Sr. D. Antonio Valcárcel Pío de Saboya : “… … … … que en el término de esta ciudad, Alicante, al sitio que nombran el Campillo en la costa marítima, dos leguas distante, caminando hacia Denia, donde estaba el hospicio del convento de la Merced, se descubrían ruinas, y se habían encontrado medallas, barros u otros indicios de antigua población romana. Que en el año de 1630 y 1640 en que escribía el deán D. Vicente Bendicho la crónica de Alicante, se hallaban más patentes estas ruinas, porque aún estaban incultos aquellos campos, ya después reducidos a labor ( Bendicho, Crón. De Alicante, lib. 1º). Llamó el expresado deán Bendicho a este sitio con el nombre de la Illeta, porque enfrente había una torre de atalaya con esta denominación, y dijo que se veían en su tiempo muchas ruinas con largos y extensos fundamentos de edificios, con muestras de calles y plazas, y de albercas con que se regarían las tierras. Añadió, que aún quedaban vestigios de los muros en pedazos de fortísimos y bien hechos paredones, y que se veía donde estaban las torres y puestas del muro. Que el sitio de la ciudad era prolongado hacia el mar cosa de cien pasos, y distaba del rio Riquet sec, quinientos, con buen embarcadero, seguro y llano. Veianse también los restos de un acueducto bien hecho y cortado en la peña para dirigir las aguas a las fuentes del pueblo.” El citado deán Bendicho siempre creyó que esta población debió ser la Alone mencionada por los geógrafos antiguos. La misma opinión siguió nuestro Príncipe Pio, añadiendo que enfrente de estas ruinas había un islote, que también conservaba vestigios de edificios, y donde se habían encontrado algunos camafeos de cornerina, medallas y porciones de barros saguntinos; añadiendo que todas estas señales concordaban con los cortos detalles dados por los antiguos geógrafos de aquella ciudad. (Datos obtenidos del libro: Inscripciones y antigüedades del reino de Valencia de Antonio Valcárcel Pio Saboya). Todas las dudas se aclaran pronto, cuando por fin se haya restaurado en su totalidad el llamado Papiro de Artemidoro, considerado el mapa más antiguo geográfico de Occidente. Artemidoro de Efeso, viajó por todo el Mediterráneo, pasando por España y terminando en Egipto, sin olvidar Italia. El elemento más fascinante del Papiro es el Mapa de Iberia o Hispania en una franja de 94 cm. de largo por 32 de alto. Co esas dimensiones, el único modo posible de representar la Península es una versión muy comprimida horizontalmente, que no respeta las distancias reales como en los mapas contemporáneos. El Profesor Simón Kay, profesor de la Universidad de Southampton (Inglaterra) , nos dice: “… un estudio profundo del mapa hallado permitirá el descubrimiento de calzadas, ciudades y pueblos romanos desconocidos hasta ahora.” La misma opinión es mantenida por la destacada helenista del Consejo Superior de investigaciones Científicas Dña. Elvira Gangutia. Este Papiro del que todavía no circula ninguna reproducción para su estudio, será clave para el conocimiento de la Hispania y aportará algo más de luz, ante la noche que se cierra en muchos aspectos de la historia de las ciudades y caminos del primer milenio antes de Cristo. Hasta entonces no nos queda más que esperar. Teófilo Ureña García Investigador Histórico