Oh patria mía tan pequeñita
reducida al islote de San Miguel
una peña dorada, con un corazón de plata
donde el mar brilla como un carro de diamantes
el azul turquesa del cielo se confunde
en el horizonte con el mar
la música de las olas retumba en mí,
en mi reducida casa de caracol donde habito...
Ramón Palmeral
Isleta del Moro, verano del 82