M I R A – N O S . Teatro ….” entrevista al pasado “ .
“ Sólo somos eso …., pasado ”.
Esta es la reflexión y eje nuclear que
nos deja Roberto Mira en su reciente estreno del 3 de Febrero en el
Auditorio de la Casa de Cultura de Muchamiel. A pesar del frio, del aguanieve
, de la competencia del fútbol en abierto y de los carnavales….platea
prácticamente llena….¡ Y dicen que el teatro está en crisis desde Esquilo !.
Porque el autor y su obra, convencen .Y su tarjeta de más de una treintena de
producciones dramáticas, compacta , homogénea , sin fisuras , ya no puede defraudar ni escamotear expectativas de nadie. Y menos de
sus fieles seguidores . Estos ,reales , sufridores de a pié , no virtuales del
socorrido “ Me gusta “ de la Redes. Sino esos que nos emocionamos , reímos o
aplaudimos con la vehemencia del calor humano presencial.
La Entrevista al
Pasado, por su título y su
argumento medianamente desvelado en su Sinopsis , me han llevado
inconscientemente a posicionarme y esperarme aquél memorable o semejante
escenario ,basado en una ópera de Wagner , El Ocaso de los Dioses , llevado al
cine de la mano magistral de Billy
Wilder y narcotizarme en ese mundo
de artistas o estrellas ,un dia
eclipsado, finiquitado , pero utópicamente mantenido por una
inconmensurable Gloria Swanson , cuyo declive como persona y como
starlet , rayaban la demencia. Sí, el
autor podría haberse ubicado , sin riesgos , legítimamente, en ese mismo entorno
. Pero hubiera sido lo fácil. Y conocemos de la proclividad de Roberto a
coquetear con la originalidad , con los desiguales desafíos y con los retos
procelosos. También hubiera podido recrearse con garantías, en una narración
meramente descriptiva de recuerdos ,
evocadora de contrastes , de nostalgias mal digeridas , de una sucesión de
imágenes y situaciones de tiempos pretéritos, bajo el membrete de que ...”
todo tiempo pasado fué mejor ….” ; o el de que “ ...un viejo es el que
oye constantemente la voz del joven que todavía lleva dentro ...increpándole :
¿ Pero qué ha pasado ? “ . También podría haberse deslizado por una disección
freudiana o psicoanalítica , o aquetípica a lo Gustav Jung , aprovechando
la rica y variada tipología de los personajes , culminada por la del propio
protagonista , la del afamado y triunfador cantante de opera que fué.. Podría ,
en fin , haber abordado una exégesis
crítico conceptual acerca de los tópicos que suelen revelarse recurrentes
, pero no menos lacerantes , en esa mal llamada Tercera Edad : la finitud , la
decadencia , la ruina somática, la decrepitud , la exclusión social , el
desprecio , el abandono , el determinismo fatal , la esclerosis intelectual ,
la anemia afectiva , la frustración existencial , la depresión y la tristeza ,
la angustia vital , la fragilidad de la amistad , el amor y el desamor ,la
ilusión , la fe y las creencias , las ideologías , ...el monstruo de la soledad
. Preocupaciones permanentes del autor ,ya explícitamente reflexionadas en obras precedentes , pero que aquí
aparecen someramente tratadas,
implícitamente , en forma subliminal.
Pero , no . En esta
ocasión, y ahí denotamos un gran salto
de madurez en su discurso dramático, el autor nos coloca en un escenario
genuinamente intimista y sentimental , y nos invita a abandonarnos en los
brazos del corazón ..” que tiene sus razones , que La Razón , no
comprende...”.Y a través del hábil
artefacto de su diálogo , al que
es muy afín , con su avieso e inquisidor entrevistador , el protagonista, Don
Enrico , va poco a poco abriendo los recovecos de su “ sancta sanctorum “
psicológico ,y nos deja sondear en ese
arcánico , repleto y hermético baúl de
los recuerdos acumulados en el tiempo ,
que han ido conformando su escabroso pasado….; es decir ...lo que
él realmente es. Y nos autoriza a
remover la ciénaga de sus fantasmas, esos que creíamos haber enterrado para
siempre , esos cadáveres olvidados que dábamos por muertos , y que ahora resucitan y emergen de nuevo , para acusarnos
, para denunciar nuestras miserias y
nuestras iniquidades ...para sacudir nuestra conciencia . Y al abrir así las
puertas de las emociones , de los sentimientos ocultos , la obra se desnuda ;
nos conmina a asumir traslúcidamente
nuestra auténtica personalidad ….y , nos conmueve . Conmoción que
alcanza momentos álgidos de un estético patetismo lírico , como el de la
oportunísima y nostálgica audición de “ La
lácrima furtiva “ conocida área de la ópera L’ Elisir d’
amore de Donizetti , en mítica
interpretación de Caruso , ídolo homónimo de Don Enrico.
La madurez
creativa de Roberto Mira a la que me referia ,se manifiesta en otros dos
ámbitos, trascendentales a toda creación teatral : la arquitectura de la trama
y el tono dramático, que la maestría del autor
simbiotiza con exquisita armonia . Así , transita desde una presentación
secuencial formal al estilo de un relato de E. Allan Poe , de Edgar
Neville , o de nuestros M.Mihura o Alonso Millán , elevando
gradualmente la tensión dramática
a base de originalísimos niveles de suspense e intriga- no exentos de
cierto vis cómico – al más puro eco de Agatha Chistie o Conan
Doyle , y que mantienen enganchado
al espectador hasta el inesperado , sorprendente desenlace y paroxismo final . Un epílogo que , por otra parte ,
otorga credibilidad y coherencia a toda la obra , disipando las
aparentes disfunciones y lagunas que pendian de las actitudes y comportamientos
iniciales de los personajes . Una caída
de telón , que hubiera rubricado con orgullo , el mismísimo Raymond Chandler .
Personajes , los adecuados , los justos para
aportar un contrapunto de versatilidad a la historia , sin declinar su pertenencia al hemisferio uniformemente
tragicómico y nihilista de la obra ; interpretados sobriamente por un elenco
en estado de gracia, esta noche , de encomiable lucidez profesional .La
contundente y soberbia interpretación de Roberto , actor ,realzada por
su innato sentido de la elegancia no
eclipsa , sino que propicia el
lucimiento a su brillante reparto.
Una selectiva y
cuidada puesta en escena , luminotecnia , mobiliario , vestuario , confieren la
ambientación perfecta a esta pieza consistente ,intencionada , depurada ,
personalista y congruente, que entiendo reinicia una etapa de plena madurez creativa en la ya prolífica producción de Roberto Mira ,y que
recomiendo encarecidamente nadie se pierda en su próximo reestreno , el 10 de
Febrero en el Auditorio de la Casa de Cultura de San Juan.
Fernando Ortisso
Ensayista
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