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ARTICULOS DE OPINION
Revista digital de arte, cultura y opinión en Alicante. Enlace con POESIA PALMERIANA. En estas páginas no podemos estar ajenos a lo que pasa en España ni en el mundo. Dirigida por el escritor, poeta y pintor Ramón PALMERAL. Los lectores deciden si este blog es bueno, malo, o merece la pena leerlo. El periodismo consiste en decir lo que a algunos no les gustaría leer.
miércoles, 11 de octubre de 2017
Declaración de independencia de Cataluña, firmado por JpS y la CUP. Papel mojado.
Texto íntegro en castellano de la declaración que firmaron JpS y la CUP
El documento fue rubricado por Puigdemont,
Junqueras, Forcadell, Anna Gabriel y el resto de diputados
independentistas en un evento paralelo al reglado y legal
En un evento paralelo al reglado y legal, el presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont,
y el resto de los diputados independentistas del Parlamento autonómico
firmaron este martes un documento que presentaron como la «declaración
de independencia de la república catalana». El documento fue
rubricado, de uno en uno, por todos los parlamentarios independentistas,
empezando por el propio Puigdemont y siguiendo por su vicepresidente en
la Generalitat, Oriol Junqueras; la presidenta del Parlament, Carme
Forcadell; y la portavoz de la CUP, Anna Gabriel. En el documento
de cuatro folios, de carácter simbólico y sin efectos jurídicos porque
no será registrado en el Parlament ni votado por los parlamentarios,
desaparece cualquier mención a «suspender los efectos» de la declaración
de independencia, como había planteado Puigdemont. Es el texto que la CUP hubiera querido proclamar en el pleno del Parlamento. Pero se ha quedado en suspenso. Este es el texto íntegro en castellano: Un documentoq eu contiene un monton de mentiras.
JxSí y la CUP firman el documento que proclama la república catalana independiente
En la declaración de carácterer
simbólico y sin efectos jurídicos desaparece cualquier mención a
«suspender los efectos» de la declaración de independencia
Los diputados de Junts pel Sí (JxSí) y la CUP, incluido el presidente catalán, Carles Puigdemont, han firmado en el auditorio del Parlament un documento que proclama la «la república catalana, como Estado independiente», y pide su reconocimiento internacional. En la declaración de cuatro folios, de carácter simbólico y sin efectos jurídicos
porque no será registrada en el Parlament, desaparece cualquier mención
a «suspender los efectos» de la declaración de independencia, como
había planteado Puigdemont anteriormente en la Cámara.
Según las fuentes consultadas, en un borrador de la declaración sí
figuraba la mención a «suspender los efectos», pero la CUP se ha negado a
firmar el documento si no se retiraba esta alusión. «Cataluña restaura
hoy su plena soberanía, perdida y largamente anhelada», añade la
declaración. El texto va más allá del discurso de Puigdemont en el
Parlament y se ha firmado ante la amenaza de fractura interna en las
filas independentistas. DECLARACIÓN DE LOS REPRESENTANTES DE CATALUÑA Al pueblo de Catalunya y a todos los pueblos del mundo. La
justicia y los derechos humanos individuales y colectivos intrínsecos,
fundamentos irrenunciables que dan sentido a la legitimidad histórica y
la tradición jurídica e institucional de Cataluña, son la base de la
constitución de la República catalana. La nación catalana, su
lengua y su cultura tienen mil años de historia [Por decir una fecha redonda]. Durante siglos,
Cataluña se ha dotado y ha disfrutado de instituciones propias que han
ejercido el autogobierno con plenitud [bajo el paraguas de la Constitución], con la Generalitat como máxima
expresión de los derechos históricos de Cataluña. El parlamentarismo ha
sido, durante los períodos de libertad, la columna sobre la que se han
sustentado estas instituciones, se ha canalizado a través de las Cortes
Catalanas y y ha cristalizado en las Constituciones de Cataluña. Cataluña
restaura hoy su plena soberanía, perdida y largamente anhelada, tras
décadas de intentar, honestamente y lealmente, la convivencia
institucional con los pueblos de la península ibérica. Desde la
aprobación de la Constitución española de 1978, la política catalana ha
tenido un papel clave con una actitud ejemplar, leal y democrática para
con España, y con un profundo sentido de Estado. El estado español
ha respondido a esta lealtad con la denegación del reconocimiento de
Cataluña como nación; y ha concedido una autonomía limitada, más
administrativa que política y en proceso de recentralización; un
tratamiento económico profundamente injusto y una discriminación
lingüística y cultural. El Estatuto de Autonomía, aprobado por el
Parlamento y el Congreso, y refrendado por la ciudadanía catalana, debía
ser el nuevo marco estable y duradero de relación bilateral entre
Cataluña y España. Pero fue un acuerdo político roto por la sentencia
del Tribunal Constitucional y que hace emerger nuevas reclamaciones
ciudadanas. Recogiendo las demandas de una gran mayoría de
ciudadanos de Cataluña, el Parlamento, el Gobierno y la sociedad civil
han pedido repetidamente acordar la celebración de un referéndum de
autodeterminación. Ante la constatación de que las instituciones
del Estado han rechazado toda negociación, han violentado el principio
de democracia y autonomía, y han ignorado los mecanismos legales
disponibles en la Constitución, la Generalitat de Cataluña ha convocado
un referéndum para el ejercicio del derecho a la autodeterminación
reconocido en el derecho internacional. La organización y
celebración del referéndum ha comportado la suspensión del autogobierno
de Cataluña y la aplicación de facto del estado de excepción. La
brutal operación policial de carácter y estilo militar orquestada por
España contra ciudadanos catalanes ha vulnerado, en muchas y repetidas
ocasiones, sus libertades civiles y políticas y los principios de los
Derechos Humanos, y ha contravenido los acuerdos internacionales
firmados y ratificados por el Estado español. Miles de personas,
entre las que hay cientos de cargos electos e institucionales y
profesionales vinculados al sector de la comunicación, la administración
y la sociedad civil, han sido investigadas, detenidas, querelladas,
interrogadas y amenazadas con duras penas de prisión. Las
instituciones españolas, que deberían permanecer neutrales, proteger los
derechos fundamentales y arbitrar ante del conflicto político, se han
convertido en parte e instrumento de estos ataques y han dejado
indefensa a la ciudadanía de Cataluña. A pesar de la violencia y
la represión para intentar impedir la celebración de un proceso
democrático y pacífico, los ciudadanos de Cataluña han votado
mayoritariamente a favor de la constitución de la República catalana. La
constitución de la República catalana se fundamenta en la necesidad de
proteger la libertad, la seguridad y la convivencia de todos los
ciudadanos de Cataluña y de avanzar hacia un Estado de derecho y una
democracia de más calidad, y responde al impedimento por parte del
estado español de hacer efectivo el derecho a la autodeterminación de
los pueblos. El pueblo de Cataluña es amante del derecho, y el
respeto a la ley es y será una de las piedras angulares de la República.
El estado catalán acatará y hará cumplir legalmente todas las
disposiciones que conforman esta declaración y garantiza que la
seguridad jurídica y el mantenimiento de los acuerdos suscritos formará
parte del espíritu fundacional de la República catalana. La
constitución de la República es una mano tendida al diálogo. Haciendo
honor a la tradición catalana del pacto, mantenemos nuestro compromiso
con el acuerdo como forma de resolver los conflictos políticos.
Asimismo, reafirmamos nuestra fraternidad y solidaridad con el resto de
pueblos del mundo y, en especial, con aquellos con los que compartimos
lengua y cultura y la región euromediterránea en defensa de las
libertades individuales y colectivas. La República catalana es una
oportunidad para corregir los actuales déficits democráticos y sociales
y construir una sociedad más próspera, más justa, más segura, más
sostenible y más solidaria. En virtud de todo lo que se acaba de
exponer, nosotros, representantes democráticos del pueblo de Catalunya,
en el libre ejercicio del derecho de autodeterminación, y de acuerdo con
el mandato recibido de la ciudadanía de Cataluña, CONSTITUIMOS la República catalana, como Estado independiente y soberano, de derecho, democrático y social. DISPONEMOS la entrada en vigor de la Ley de transitoriedad jurídica y fundacional de la República. INICIAMOS el proceso constituyente, democrático, de base ciudadana, transversal, participativo y vinculante. AFIRMAMOS
la voluntad de abrir negociaciones con el estado español, sin
condicionantes previos, dirigidas a establecer un régimen de
colaboración en beneficio de ambas partes. Las negociaciones deberán
ser, necesariamente, en pie de igualdad. PONEMOS EN CONOCIMIENTO
de la comunidad internacional y las autoridades de la Unión Europea la
constitución de la República catalana y la propuesta de negociaciones
con el estado español. INSTAMOS a la comunidad internacional y las
autoridades de la Unión Europea a intervenir para detener la violación
de derechos civiles y políticos en curso, y hacer el seguimiento del
proceso negociador con el Estado español y ser testigos. MANIFESTAMOS
la voluntad de construcción de un proyecto europeo que refuerce los
derechos sociales y democráticos de la ciudadanía, así como el
compromiso de seguir aplicando, sin solución de continuidad y de manera
unilateral, las normas del ordenamiento jurídico de la Unión Europea y
las del ordenamiento de España y del autonómico catalán que transponen
esta normativa. AFIRMAMOS que Cataluña tiene la voluntad
inequívoca de integrarse lo más rápidamente posible a la comunidad
internacional. El nuevo Estado se compromete a respetar las obligaciones
internacionales que se aplican actualmente en su territorio y continuar
siendo parte de los tratados internacionales de los que es parte el
Reino de España. APELAMOS a los Estados y las organizaciones
internacionales a reconocer la República catalana como Estado
independiente y soberano. INSTAMOS al Govern de la Generalitat a
adoptar las medidas necesarias para hacer posible la plena efectividad
de esta Declaración de independencia y de las previsiones de la Ley de
transitoriedad jurídica y fundacional de la República. HACEMOS un
llamamiento a todos y cada uno de los ciudadanos de la República
catalana a hacernos dignos de la libertad que nos hemos dado y construir
un Estado que traduzca en acción y conducta las inspiraciones
colectivas. Los legítimos representantes del pueblo de Cataluña: Barcelona, 10 de octubre de 2017