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ARTICULOS DE OPINION
Revista digital de arte, cultura y opinión en Alicante. Enlace con POESIA PALMERIANA. En estas páginas no podemos estar ajenos a lo que pasa en España ni en el mundo. Dirigida por el escritor, poeta y pintor Ramón PALMERAL. Los lectores deciden si este blog es bueno, malo, o merece la pena leerlo. El periodismo consiste en decir lo que a algunos no les gustaría leer.
viernes, 8 de septiembre de 2017
Golpe de Estado de de la Comunidad Autónoma de Cataluña
Y al segundo día... siguió el esperpento jurídico y el asalto a la legalidad en el Parlamento de Cataluña.
El choque contra la democracia, anunciado durante meses por las fuerzas
secesionistas, siguió con otra jornada maratoniana que concluyó sobre
la una de la madrugada con la aprobación de la ley de Transitoriedad.
Con nocturnidad y alevosía, salía adelante un texto con el que la
Generalitat, en manos de Carles Puigdemont, pretende regular la vida
«legal» en Cataluña tras el «sí» en el referéndum secesionista del 1 de octubre.
La Mesa parlamentaria había aprobado su trámite de madrugada y, tras dos horas de debate, tomó forma la nueva norma con los votos de JpS y la CUP.
CSQP votó en contra. Y los diputados de Cs, PSC y PP volvieron a
ausentarse en la votación, como hicieron en la jornada del miércoles en
la que se aprobó la ley del Referéndum.
Carme
Forcadell, presidenta de la Cámara, y el resto de miembros de la Mesa
de JpS y CSQP, bloquearon todas las peticiones de Cs, PSC y PP para que
el cambio del orden del día fuera valorado previamente por el Consejo de
Garantías Estatutarias (CGE), ya que la ley a votar no tenía cabida en el ordenamiento jurídico, tal y como confesó, incluso, Rovira, al admitir que la norma sobrepasa el Estatuto de Autonomía y la Constitución.
Para JpS y la CUP, las peticiones de Cs, PSC y PP son
«filibusterismo». Para estos grupos de la oposición, «los
independentistas están pisando los derechos de los diputados y de todos
los ciudadanos de Cataluña». Los rifirrafes se repitieron al mismo estilo que los vividos el miércoles
y la oposición se mostró más unida que en la jornada previa. Una unión
en defensa de la democracia y la ley que se evidenció cuando las
bancadas de Cs, PSC y PP aplaudieron de pie la intervención de Joan
Coscubiela, portavoz de CSQP, tras la defensa que este hizo de los
valores democráticos y criticó a JpS y la CUP que le estén «cogiendo
gusto a pisar los derechos de los ciudadanos».
Tras tres
suspensiones del pleno, a las que siguieron otras tantas reuniones de la
Junta de Portavoces y la Mesa, el pleno votó y aprobó el cambio del
orden del día gracias al rodillo secesionista. Después harían lo propio
con una de las leyes de la desconexión, tras un debate más corto de lo
esperado en el que Arrimadas calificó la ley de como un «panfleto que atropella el sentido común».
Miquel Iceta, por su parte, aseguró que con la norma «JpS y la CUP
liquidan el Estatut y la Consitución» mientras que Xavier García Albiol
acusó a los secesionistas de querer «imponer un modelo político mezcla
de bolivariano y autoritario».
«¿Abolido nuestras leyes?»
Los
portavoces de la oposición se mostraron más lúcidos y contundentes en
sus intervenciones. Así, destacó Carlos Carrizosa (Cs), quien criticó
duramente la gestión de Forcadell. El portavoz de la formación naranja
preguntó a la presidenta de la Cámara autonómica: «A partir de ahora,
¿se van a atropellar nuestros derechos ante toda Cataluña? ¿Podemos acudir al CGE o ya hemos abolido nuestras leyes? ¿Debo obediencia a la señora que desobedece las leyes? ¿Debo callar o debo hablar cuando ella me lo pida?».
También
Ferran Pedret (PSC), más airado que en otras ocasiones, consiguió
aplausos de los grupos popular y naranja. Y Alejandro Fernández (PP) comparó la situación que se está viviendo en Cataluña con la tensión que Nicolás Maduro mantiene en Venezuela:
«Están suspendiendo la democracia en Cataluña. Pronto estarán con el
señor Mas y el señor Homs, pidiendo diez euros a cada ciudadano. Lo que
pase a partir de ahora solo será responsabilidad de ustedes».
.................CATALUÑA DIVIDIDA, TARRAGONA Y LLEIDA no prestarán sus locales para el referendum.
Lo hicieron la noche del miércoles
y lo han vuelto a hacer esta medianoche, esta vez para aprobar la ley
de transitoriedad con la que el independentismo pretende armar una
república catalana. Junts pel Sí y la CUP impusieron su mayoría para
forzar el reglamento de la Cámara y aprobar la que quieren que sea la
ley suprema de Cataluña en el caso de que el sí se imponga en el referéndum del 1 de octubre.
Lo han hecho a costa de un Parlamento roto en dos, en el que se ha
manifestado la mayor unidad vista hasta ahora entre los cuatro grupos
que integran la oposición.
El bloque independentista invocó este jueves el artículo 81.3 del
reglamento y, pese al rotundo rechazo de la oposición, pasó el rodillo
de su mayoría para forzar la votación primero y aprobar la ley de
desconexión después. En la votación definitiva, sus 71 votos se
impusieron en una cámara semivacía, de la que, otra vez, se ausentó la
mayor parte de la oposición. Solo 10 miembros de Catalunya Sí que es Pot se mantuvieron en su escaño, para votar en contra.
“El pueblo tiene derecho a saber qué ha de pasar a partir del día siguiente del 1-O”, ha afirmado Jordi Orobitg (Junts pel Sí)
para defender la necesidad de aprobar la ley. Desde la CUP, Benet
Salellas, la ha ensalzado como “un instrumento que declare nuestra
soberanía” y una forma para acabar “con el procesismo” que ha copado la
política catalana en los últimos 18 meses.
La jefa de la oposición, Inés Arrimadas
(Ciudadanos), ha denunciado que Junts pel Sí se ha puesto “a jugar en
el campo de la CUP”, el “de la desobediencia”. Y ha acusado que la
fórmula escogida para aprobar la norma se “va a cargar la legitimidad de
este Parlament”. El popular Xavier García Albiol consideró el 1-O como
“solo una estrategia de agitación y propaganda” al negar la posibilidad
de que este se pueda celebrar.
El socialista Miquel Iceta ha censurado todo el articulado de la ley y
ha cuestionado la forzada aprobación de la ley. En su opinión, esas
prisas solo tienen un objetivo: “Saben que no se celebrará el referéndum
y que al menos quede alguna cosa en el boletín oficial del Parlament,
aunque solo sea 48 horas. Pasar a la historia aunque solo sea con una
nota a pie de página”. Joan Coscubiela, de Catalunya Sí que es Pot,
lamentó que en las últimas “48 horas negras” el soberanismo “se haya
pulido su capital político” y hayan facilitado la “estrategia
antidemocrática del PP y la criminalización del derecho a decidir”.
La de este jueves ha sido una jornada similar a la del miércoles.
Maratoniana y que no ha tenido como principal escenario el hemiciclo,
sino la sala donde mantienen sus reuniones la Mesa y la junta de
portavoces del Parlament. Debate agrio y trabado por las continuas
pausas forzadas por las peticiones de la oposición, cuyo objetivo pasaba
por reforzar una imagen de aprobación anómala en un marco de
desbarajuste general. El objetivo de los independentistas tampoco
albergaba dudas. La presidenta del Parlament, Carme Forcadell,
lo dejó claro en uno de los muchos encuentros de la Mesa: “De aquí no
nos vamos hasta que esto se vote”. Y no ha sido hasta las 00.50.
El frente independentista hizo caso omiso, de nuevo, a un escrito del
Consejo de Garantías Estatutarias (CGE) que insistía en la potestad de
los grupos parlamentarios de demandar un dictamen sobre cualquier
proposición de ley impulsada desde la Cámara Catalana. El PSC anunció
que también pediría amparo ante el Tribunal Constitucional para evitar la aprobación
de esta segunda ley de desconexión, una suerte de norma suprema con la
que se quiere activar la declaración de independencia de Cataluña, crear
una república y armar una estructura institucional que define quién es
el jefe del Estado, quién es catalán, cuáles son las lenguas oficiales
(catalán, castellano y aranés) y, entre otras cosas, cómo se configura
el poder judicial (la elección de sus figuras clave quedaría en manos
del Gobierno catalán).
La victoria del independentismo con la aprobación de la ley de
ruptura dejó una imagen que le debilita, la mayor unidad de la oposición
desde que se puso en marcha la legislatura: La mayoría de los miembros
de los cuatro partidos de la oposición (Ciudadanos, PSC, PP y Sí que es
Pot) puestos de pie y aplaudiendo unas palabras de Joan Coscubiela (CSQP),
miembro de uno de los grupos que más se ha aproximado a las posiciones a
favor del referéndum del Govern: “No quiero que mi hijo Daniel vea que
una mayoría puede tapar los derechos de los que no piensen como ella”.