Al mayor Trapero no le quedaba otra alternativa que la de cumplir la orden del Fiscal Superior de Cataluña, de lo contrario se hubiera puesto fuera de la ley, y en peligro la continuidad de los Mossos de Escuadra tal y como estás recogidos en los Presupuestos del Estado. No obedecer supone no cobrar, y quedar el día 2 de octubre, fuera de la protección del Estado español, por rebelión. En una hipotética Cataluña independiente tendría que reducir su número de agentes porque no los podrían pagar. Además dijo Puigdemont quería un Ejército propio. ¿De dónde iba a sacar dinero?, con qué monedas les iba a pagar, si no van a tener euros, y fuera de Europa. La exportaciones se reducirían drásticamente y los españoles les haríamos el boicot a los productos catalanes.
Si Carles Puigdemont como presidente de la Generalitat, tiene autoridad, es porque tiene el respaldo de los Mossos, a sus ordenes, ahora, para el referéndum del 1-0, ya no los tiene a sus órdenes. Además en Cataluña hay miles de Guardias Civiles, Policías Nacionales y Ejército, respecto a los cuales no tiene ninguna autoridad.
Puigdemont sabe ya que el referéndum no se ha a celebrar, porque no tiene urnas (lo de las 6.000 urnas es un farol), no tiene cabinas, papeletas, listados de los electores, y a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad pisándole los talones. Piensa que un grupo de civiles independentistas de la CUP y otros de ERC le van a solucionar el problema con los voluntarios. Los voluntarios no pueden hacer nada contra antidisturbios, solamente van han a recibir, por una estúpida cabezonería, daños y dolor, lesiones y hospitales.
Puigdemont, cabezonamente, en inferioridad de condiciones pretende que Mariano Rajoy cambie de opinión a última hora, cuando sabe que esto no va a ser así, porque tiene el respaldo del Tribunal Constitucional, del Congreso del Senado y de los partido PSOE y Ciudadanos.
Puigdemont no tiene más alternativa, antes de que sea tarde, de desconvocar el referéndum y anunciar elecciones autónomicas. De lo contrario, será el propio mayor Trapero quien lo detenga y lo ponga en el psiquiátrico correspondiente.
No se baja de aquella burra catalana con la estelada, pues lo van a bajar.
Ahora a vuelto a abrir a web del referéndum, encontrar de la Fiscalía. En la Generalitat están acostumbrados a incumplir la legalidad y quedase impunes. A ver ahora que pasará.
Ya dije en mi artículo de ayer que el sentimiento separatista existe en Cataluña desde hace más de 100 años, pero la cuestión inteligente es mantenerlos tranquilos y en bajo nivel de independencia. No alterarlos como hacía Jordi Pujol. En cambio Arthur Más y Pugdemont los ha alentado y encumbrado, poniéndolos en grave riesgo.
Ramón Palmeral
13 de septiembre de 2017
