ARTICULOS DE OPINION


Revista digital de arte, cultura y opinión en Alicante. Enlace con POESIA PALMERIANA. En estas páginas no podemos estar ajenos a lo que pasa en España ni en el mundo. Dirigida por el escritor, poeta y pintor Ramón PALMERAL. Los lectores deciden si este blog es bueno, malo, o merece la pena leerlo. El periodismo consiste en decir lo que a algunos no les gustaría leer.

martes, 1 de agosto de 2017

Scaramucci, un pequeño tiburón financiero de Wall Street, que se creyó ballena.

Trump despide a Scaramucci como director de Comunicación 10 días después de nombrarle

Es una decisión del general Kelly en su primer día como jefe de gabinete del presidente

Anthony Scaramucci, el pasado viernes.
Llegó, vio y despidió. El general John Kelly hizo honor a su fama de implacable. Nada más tomar posesión como jefe de Gabinete, destituyó al director de Comunicación, Anthony Scaramucci, y dejó claro quién manda ahora en la Casa Blanca. Odiado dentro y fuera del Gobierno, el defenestrado Scaramucci había hundido en solo 10 días el ya escaso rédito oficial con sus insultos al antecesor de Kelly y al estratega jefe, Stephen Bannon. Su caída, presentada como una dimisión, es la tercera de un alto cargo en tres semanas. Trump la respaldó.
Nada le dura al presidente. Sus apuestas más personales caen a una velocidad vertiginosa. Así ocurrió con su consejero de Seguridad Nacional, el islamófobo y extremista Michael Flynn, fulminado a los 24 días de su designación por sus mentiras sobre la trama rusa. Ahora le ha llegado el turno a Scaramucci, un pequeño tiburón financiero de Wall Street, que sin experiencia política había mostrado una bajeza insólita incluso en la selva de Washington. En su cruzada por acabar con las filtraciones que sacuden la Casa Blanca, atacó al entonces jefe de gabinete, Reince Priebus, al que acusó de ser “un jodido paranoico esquizofrénico”; insultó al estratega jefe (“yo no intento mamármela como él"), y presionó sin escrúpulos a un conocido periodista de The New Yorker para que delatará a los topos. Todo en menos de 24 horas y a cinco días de su nombramiento.