El que lleva la pancarta acusando a Felipe VI de tráfico de armas, es un conocido de la casa Daniel Minover de ERC, y se junta con los mejores amigos como Otegui. Ya se sabía que en Barcelona se iban a juntar todos los extremistas. Si quieren que España no vendan armas, ya pueden empezar a cerrar las fábricas de Marquina, Éibar y la de explosivos de Galdácano. O los barcos de guerra e los astilleros del Ferrol o Cádiz. Todas en las Vascongadas. A los trabajadores les va a hacer mucha gracia. El de la coleta dice que es libertad de expresión, no ve ni a un palmo de sus narices. Menudo presidente del gobierno sería.
La presencia del Rey supuso neutralizar a las autoridades independestistas. Demostró valor, teniendo en cuenta que Barcelona, hoy por hoy, no es un ciudad segura.
Como podemos ver en esta fotografía, por ornden de Ada Colao, colocó a los violentos con la esteladas detrás y alrededor del Rey y de las autoridades, y encargó al pancartas, cintoes de ella iguales, no era exporádico, para que pareciera uqe habia mucha gente separatistas. Todo organizado previamente esta Ada Colau, la mona proislamista.
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Manual de manipulación: así se urdió el boicot de los independentistas
Se cedió el servicio de orden de la
manifestación a voluntarios de la ANC, que colocaron estratégicamente a
quienes habían de protagonizar la pitada a Don Felipe y Mariano Rajoy y
los aplausos a Puigdemont, Junqueras y resto de los soberanistas
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El bochorno nacional e internacional por el infame intento de manipulación de la marcha contra el yihadismo, y en memoria de las víctimas del 17-A, tuvo una meticulosa preparación.
La organización, a medias entre la Generalitat y el Ayuntamiento,
facilitó que la manifestación fuera capitalizada por los separatistas y
la ultraizquierda: unos atacando a España, los otros a la Monarquía y al
Gobierno (y al sistema) y ambos grupos al Rey y a Mariano Rajoy.
Para el servicio de orden eligieron a voluntarios de la Asamblea Nacional Catalana, que pilota y coordina los cientos de grupúsculos secesionistas de la región, que colocaron estratégicamente, justo detrás de las autoridades y a tiro de cámara, a los separatistas que portaban las esteladas y a los contrarios a la venta de armas, pese a que los atentados se cometieron con una furgoneta, cuchillos comprados en una ferretería y bombonas de gas convencionales.
Ni una pancarta contra el yihadismo ni un recuerdo a los asesinados... nada en la «zona de propaganda». También dispusieron sus peones en el lugar por el que el Rey y el Gobierno llegaban a la marcha para organizar los abucheos. Todo medido, un ensayo general de la próxima Diada. ¿Y las víctimas? Eso les importaba más bien poco. «Sin miedo»... y con muy poca vergüenza.
Este lunes, el presidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Jordi Sánchez, ha admitido que la entidad independentista «ayudó en el servicio del orden» de la manifestación por encargo de «los organizadores». Sánchez ha explicado, en declaraciones a Rac1, que «la Generalitat y el Ayuntamiento no tienen experiencia en servicios de orden, sino en seguridad. Es normal -ha añadido- que las instituciones contasen con las entidades y es normal que las entidades nos ofreciésemos en el servicio de orden».
Sus palabras entran en clara contradicción con el ayuntamiento de Barcelona, que asegura que la entidad «sólo se encargó de dar información y repartir las flores que facilitó el Gremio de Floristas».
Para el servicio de orden eligieron a voluntarios de la Asamblea Nacional Catalana, que pilota y coordina los cientos de grupúsculos secesionistas de la región, que colocaron estratégicamente, justo detrás de las autoridades y a tiro de cámara, a los separatistas que portaban las esteladas y a los contrarios a la venta de armas, pese a que los atentados se cometieron con una furgoneta, cuchillos comprados en una ferretería y bombonas de gas convencionales.
Ni una pancarta contra el yihadismo ni un recuerdo a los asesinados... nada en la «zona de propaganda». También dispusieron sus peones en el lugar por el que el Rey y el Gobierno llegaban a la marcha para organizar los abucheos. Todo medido, un ensayo general de la próxima Diada. ¿Y las víctimas? Eso les importaba más bien poco. «Sin miedo»... y con muy poca vergüenza.
Este lunes, el presidente de la Asamblea Nacional Catalana (ANC), Jordi Sánchez, ha admitido que la entidad independentista «ayudó en el servicio del orden» de la manifestación por encargo de «los organizadores». Sánchez ha explicado, en declaraciones a Rac1, que «la Generalitat y el Ayuntamiento no tienen experiencia en servicios de orden, sino en seguridad. Es normal -ha añadido- que las instituciones contasen con las entidades y es normal que las entidades nos ofreciésemos en el servicio de orden».
Sus palabras entran en clara contradicción con el ayuntamiento de Barcelona, que asegura que la entidad «sólo se encargó de dar información y repartir las flores que facilitó el Gremio de Floristas».