José María Carrascal: "Si dices la verdad dejas mal a mucha gente. Incluso a ti mismo"
El
ex presentador del Telediario de la noche de Antena 3, el que fuera el
hombre de las mil corbatas, disfruta a sus 87 años del 'retiro': "En la
jubilación, por primera vez uno es dueño de su tiempo", asegura.
No traten de imaginar a un señor mayor que vive anclado al sillón de su hogar. A pesar de estar retirado, considera fundamental mantenerse activo y no ha dejado de ejercer como periodista. "Si uno se prepara bien para la jubilación, puede ser lo mejor. Por primera vez uno es dueño de su tiempo. Y el que es dueño de su tiempo es dueño de su vida", sostiene, muy convencido de sus palabras: "En la jubilación hay una especie de justicia poética. Uno ya no está en primera fila y si se prepara bien para eso, puede ser la mejor etapa de la vida".
Escritor prolífico, no ha dejado de publicar libros y firma artículos de opinión para ABC religiosamente. Le persiguen los editores para que escriba sus memorias, lo que le resulta divertido. "Yo no quiero escribir mis memorias. Me parece que las memorias son el colmo del narcisismo. Si dices la verdad dejas mal a mucha gente. Incluso a ti mismo", asegura entre risas.
"Lo que emite la TV es lo que han dicho los periódicos"
Cuando le preguntamos si echa de menos su faceta como presentador y vuelve la vista atrás, nos asegura que: "No, yo no soy hombre de televisión. Me agrada haberlo hecho, pero mi medio es el escrito. Todo el mundo me decía 'lo vas a echar de menos', pero lo dejé encantado", afirma con completa honestidad, virtud por la que se hizo célebre. "La televisión es más entretenimiento que información. Que mis corbatas llamaran más la atención que mis comentarios indica su fragilidad. Es el gran babysiter de nuestra época", aunque reconoce que "también tiene cosas muy buenas, pero como medio de información nunca da primicias. Lo que emite la televisión es lo que han dicho los periódicos antes por la mañana"."Vivimos en una época narcisista"
Quizás les resulte curioso saber que en pleno 2017 José María Carrascal no tiene teléfono móvil, ni redes sociales, ni siquiera email. No le convence mucho el mundo digital y, hablando desde la experiencia, no le parece muy apropiado el nuevo camino que ha tomado el periodismo. Estamos en la Era de la Información, pero para él "nos encontramos ante un dilema. El exceso de información. Me da la sensación de que la gente está menos informada que nunca". Y encuentra muchas diferencias con el periodismo que hacía él antaño: "La tecnología ha cambiado el mundo de la información. Últimamente noto la tremenda subjetividad que hay. Los periodistas hablan de ellos mismos. A mí me choca, porque yo no lo he hecho nunca, ni se me ocurriría. Vivimos en una época narcisista por completo. Cada uno quiere ser protagonista. Yo prefiero atenerme a los hechos", pero sin embargo, también tiene algunas palabras buenas: "Lo que ha perdido en literatura lo ha ganado en investigación. Antes no había medios para hacerlo. Muchos de los escándalos han sido descubiertos por periódicos gracias a la tecnología".José María Carrascal cree que el periodismo puro tiene otra esencia, que dista mucho de la actual: "Sebastian Haffner decía que el periodista es el bufón de nuestra época. El soberano es el pueblo, y los bufones somos los periodistas, que le decimos al pueblo las verdades". "El periodismo español adolece y no estamos para derribar gobiernos, no hay que usurpar funciones que no son las nuestras", señala.
Hemos pasado toda la entrevista sorprendidos porque el señor Carrascal se ha presentado sin corbata. Cuando lo mencionamos se ríe a carcajadas y asegura que "en mi día a día no voy con corbata". Si le preguntamos por su favorita, recuerda varias: "Una que me trajo Antonio Sensio desde Londres, muy bonita. Y otra preciosa de Aldeas Infantiles. También recuerdo una que me regalaron en Canarias, amarilla con puntos negros. Yo diría que hay diez o 12 corbatas que son el núcleo, las demás van y vienen". ¿La más curiosa?: "Tengo una de piel de serpiente que no me he puesto nunca", ríe. "No me he vuelto a comprar corbatas desde que empecé en televisión y he regalado muchas. Las que llevo ahora, ¡son las mismas!", asegura.
Tras dejar constancia tomando unas fotografías de que, efectivamente, hemos visto a José María Carrascal sin corbata, nos despedimos y le dejamos pasar la mañana tranquilo en un club cercano a su domicilio al que es asiduo. Va a comer allí, en una cómoda mesa bajo la sombra, donde sopla una agradable brisa, y a refrescarse en la piscina. Asegura que: "España tiene una calidad de vida increíble" y está dispuesto a exprimir su jubilación al máximo. Para disfrutar del verano en su Madrid natal, sus 87 años son lo de menos.
Un patriota que me gusta.