Este daño irrepable se debe a la dejadez del Ayuntamiento de la Victoria de no cerrar las cuevas prehistóricas de la zona como se debió hacer hace años. (Ramón Fernández, espeleólogo).
Grafitis y rayaduras sobre unas pinturas rupestres de una cueva de Málaga
El Ayuntamiento de Rincón de la Victoria denuncia “graves daños” en los dibujos del Paleolítico de las cavidades del Cantal
Málaga
Los daños se descubrieron el pasado 6 de junio, un día después de que triunfara la moción de censura que ha devuelto la Alcaldía de Rincón de la Victoria a Salado (PP) tras dos años de gobierno local encabezado por el PSOE. El Higuerón y El Suizo forman la conocida como Cueva del Tesoro, que es visitable y turística.
La de la Victoria, donde se han producido los daños, no lo es. Salado ha criticado al anterior equipo de gobierno por “la dejadez” que ha mostrado con este parque arqueológico, ya que incluso se ha tenido que reponer un candado para vetar el acceso porque no lo había.
La Cueva de la Victoria tiene un recorrido aproximado de 120 metros. En su interior se encontraron inicialmente colchones, sillas y mesas y objetos como botellas de cerveza y latas de pintura. Pero una inspección más exhaustiva llevada a cabo el día 8 por parte de la Policía Local y del concejal responsable de la Cueva del Tesoro, Antonio José Martín, descubrió los grafitis y las rayaduras sobre las pinturas rupestres que hay en la conocida como Sala del Dosel. Tras comprobar el alcance de los daños, se presentó una denuncia ante la Guardia Civil.
El acceso a la cavidad ha sido precintado por la Guardia Civil y la intención del Ayuntamiento es informar también a la Junta de lo que ha ocurrido. La catalogación como BIC implica que un bien tenga la máxima protección prevista en la Ley de Patrimonio de Andalucía.
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El analfabetismo de los jóvenes ha llegado a tal extremo que no distinguen y no saben nada de nada. Lamentable.
...........................Limpiarlas con laser............
Salvatore Siano
Instituto Física Aplicada Nello Carrara de Florencia
Pero el tiempo que, como escribió Borges, es un tigre que nos devora, no perdona nada. Ni tan siquiera a obras mayúsculas como Santa María del Fiore. La suciedad acumulada por siglos de historia y contaminación se incrusta en sus piedras hasta tal punto que las técnicas de conservación y restauración habituales no han conseguido eliminarla. Es aquí donde las nuevas tecnologías entran en juego para -llegando desde el futuro- salvar esas joyas que merecerían ser eternas, proponiendo así un viaje en el tiempo que nos permita verlas tal cual fueron creadas. Esa técnica sofisticada consiste en aplicar una luz láser para limpiar los materiales y Salvatore Siano, restaurador italiano, es su creador: “se trata de una novedad absoluta en el sector de la restauración. El láser logra discriminar los diferentes niveles de estratos superficiales que componen las estratigrafías más complejas. Y esto ha permitido hacer labores de recuperación que antes se creían imposibles”.
A uno le gustaría imaginarse algo parecido a un ejército de jedis armados con sables láser paseando por Florencia o Roma para devolver el espledor a las obras de arte. La realidad es más prosaica, pero bastante más útil. La ablación láser -nombre de la técnica- ha evolucionado desde los años 90, cuando comenzó a aplicarse con mayor frecuencia (aunque había habido estudios anteriores), ganando en precisión y efectividad. Sus ventajas son que permite tratar con éxito superficies muy débiles y alteradas, además de actuar sobre materiales donde las técnicas tradicionales con materiales químicos no han funcionado. Uno de los mayores retos a los que tuvo que enfrentarse Siano fue hallar la frecuencia y la longitud de onda exactas del láser para evitar daños fotomecánicos o producidos por el calor.
Siano cree que la relación entre las nuevas tecnologías y el arte continuará intensificándose en los próximos años, puesto que está mostrándose como la forma más segura para preservar el patrimonio. Una colaboración que tiene garantizada la continuidad, dice Siano, gracias a la colaboración con el Opificio delle Pietre Dure: “más de trescientos restauradores se han formado en esta tecnología. Hoy en día son expertos y estudian los efectos de estos desarrollos creados en el laboratorio”.