NECESITAMOS CULTURA DEMOCRÁTICA
Por Ramón Fernández Palmeral
¿No creéis que tanto el hecho de romper una fotografía como inultar son a la vez hechos sancionables?
El senador de Comprimís Carle Mulet, en la tribuna de oradores en el Senado rompió,
públicamente y con publicidad una fotografía de Susana Díaz, como tozuda
respuesta a que Díaz llamó a los de Compromís «izquierda inútil» por no comulga
con ellos en las prepuestas del corredor Mediterráneo. Un insulto para arrinconar a los que no piensas como ella,
en un ditirambo o arrebato en plena campaña por la secretaría general del PSOE.
¿Acaso nosotros, lectores de estas noticias fuera de tono y cultura democrática,
no pensamos que actitudes son reproblables e intolerables? Algunos sectores feministas
acusan a Mulet de casi «violencia de género», por romper la fotografía de una
mujer, pensando que de haber sido hombre, no lo hubiera hecho. Sin embargo, no
se nos debe escapar la idea de que cuando eres diputado/a o senador/a, ya no
prima el sexo, sino el cargo –cuyos votos para conseguirlo valen lo mismo.
Nosotros sabemos que cuando un
senador o diputado sube a la tribuna está representando a su partido político y
por tanto a sus electores. Por ello, no hay ni hombre, ni mujeres, sino entres
representativos. La forma y las maneras de actuar son representaciones del
electorado. Y cuando, tanto en la tribuna como en público se hace gala de
insultos se está rompiendo el hecho espiritual de la actitud de la tolerancia.
Últimamente estamos viendo –ello nos acongoja–, querido lector, demasiados
verbos malsonante e insultos. Tengamos confianza, en futuros tiempos, que esas
agresividades y bárbaras violencias, sean reglamentadas y sancionadas, pues de
lo contrario vamos hacia trágico retrocesos en el proceso moral de la especie
humana.