Macron gana
por goleada la presidencia de Francia
Por Ramón Fernández Palmeral
8 de mayo de 2017
Emmanuel Macron (Amiens-Alta Francia 1977)
ha ganado las elecciones a la presidencia en la segunda vuelta por 65.1 por
34.9, con su nuevo partido “En Marche¡” (¡En Marcha! en castellano) contra todo
pronóstico desde el inicio de las elecciones presidenciales, desbancando a los
grandes partidos tradicionales, lo que debe hacer pensar a nuestros políticos,
de continuar haciendo macroeconomía y no microeconomía próxima al bienestar
social común.
En una Europa con una ciudadanos cada vez más descreídos y desencantados,
y el temor cierto, después de la última
crisis, de perder nuestro modelo de bienestar y consumo –creyendo que
esta «vaca europea más que toro» nunca se nos podía desinflar–, resurgen los
populismos tanto de la extrema derecha como de la izquierda por anquilosadas
políticas y promesas de la socialdemocracia (entrar en el Parlamente para
cambiar las cosas); por consiguiente, germina una tercera vía, en este caso la del «socioliberalismo»
europeo, como una variable a la
socialdemocracia o de conservadores liberales de CDU de Angela Merker, con
políticas agotadas. En España lo más parecido al partido francés de Macron, fue
Unión Progreso y Democracia (UPYD), de Rosa Díaz que desapareció para
integrarse actualmente en Ciudadanos de Albert Rivera que es símil a la
corriente «socioliberalismo» de Macron: progresista y reformista.
A los españoles nos preocupaba, sobremanera,
los resultados electorales en Francia a la presidencia, pues no sabíamos cómo
parar el populismo del Frente Nacional de Marine Le Pen de extrema derecha que se quedaron
segundos en la primera vuelta. Nos podíamos encontrar de frente con otro brexit
en Francia, país fundador de la Unión Europea, quinta economía mundial y
segunda de la eurozona, y potencia nuclear. Los demócratas europeos, estamos
sometidos, últimamente, a grandes presiones ante la ola de populismos y
antieuropeos que se extiende como un reguero de pólvora hacia el tonel de los
explosivos.
Ante una brutal crisis o «desaceleración transitoria imparable» donde los más perjudicados hemos sido las
clases medias, el funcionariado, el obrero y los desempleados –con un paro en
España de 19 %–, nos hemos dado cuenta que ni las políticas de la
socialdemocracia (PSOE), ni la derecha liberal del (PP), ni sus equivalentes
europeos nos hacían recuperar la confianza, a pesar de que Europa ha
conseguido la paz tras años seculares de guerras internas.
“ ¡En
Marcha!” es una especie de tercera vía francesa, cuyo nombre
oficial es “Asociación para la
Renovación de la Vida Política”; partido fundado el 6 de abril de 2016 en Amiens,
ciudad natal de Macron que da nombre del movimiento incorporando sus iniciales.
Un partido socioliberal; es decir,
progresista en cuestiones sociales y liberal respecto a lo económico. Así,
Macron apuesta por una mayor integración de la Unión
Europea.
Un sector crítico con Macron piensa, que podía seguir las políticas económicas
y reformas continuistas del socialista François Hollande –presidente al que
sucede–, por hacer sido ministro de Economía, con el primer ministro Manuel
Valls, que lo tuvo que dejar el 6 de diciembre de 2016; es decir, que no
encontramos con un nuevo presidente que se ha criado y educado en el Elíseo.
El proteccionismo de Le Pen
apostaba por abandonar el euro, cerrar fronteras y
convocar un referéndum para la salida de
Francia de la Unión Europea, lo cual sería desastroso para los 27, que somos los que después del "brexit" de Gran Bretaña, lo que vamos a quedar.
La nueva política de Macron debe alejarse del
antiguo socialismo actual, para hacer políticas de «socioliberalismo» que es
una de las ideologías que configuran la nueva Europa de la democracia liberal y reformista
ante los nuevos tiempos con un populista Donald Trump en la presidencia de los
EE.UU., o el brexit de Theresa May,
Putin el fustigador, y porque no unirles, al gigante chino que ya parece que se
ha despertado definitivamente.
Creo que la moderación es la más adecuada de las actitudes políticas,
pues los extremos son siempre imprecisos como la cola de un látigo subyugador.
Por ello, felicito a Macron por su victoria y le dejo una frase del filósofo
francés Michael Montaigne el siglo XVI que apostaba por la moderación de los
placeres y en el conocimiento y estaba en contra de cualquier exceso por ser
peligroso.
Autor Ramón Fernández Palmeral
Autor del libro “La cara atroz del
Guernica de Picasso”