Luis
Companys es uno de los padres del separatismo político catalán. Su
carrera política es muy dilatada, durante la época del pistolerismo en
Cataluña, en la que los empresarios tuvieron que contratar a pistoleros
armados para defenderse de los ataques de terroristas anarquistas
ejerció como abogado defensor de los miembros de la
anarcosindicalistas CNT que habían optado por lo que denominaban “acción
directa”, basada en asesinar a quienes consideraban su enemigo. Eran los años 1917 a 1923.
Encontramos
a un Companys con poder a partir del 31 de diciembre de 1933, cuando
tras la muerte del presidente de la recien inaugurada autonomía de
Cataluña, Francisco Maciá, fue nombrado su sucesor. Una de sus primeras
medidas fue el nombramiento de José Dencàs como consejero de
Gobernación. Le encargó la formación de los escamots. Una milicia armada, vinculada orgánicamente a la formación Estat Català,
con la que pretendía imponer el separatismo cuando tuvieran la mínima
oportunidad. Una oportunidad que perdieron con la proclamación del
Estado Catalán el 6 de octubre de 1934 que a penas le duró unas horas
pero que costó 110 muertos en las 10 horas escasas que duró.
Tras
ser indultado con la llegada al poder del Frente Popular en febrero de
1936, el líder catalanista se había radicalizado todavía más. Tras el
fracaso de la experiencia de los escamots, copió el modelo de milicia
armada creando, en mayo de 1936 -meses antes del estallido de la Guerra
Civil-, el Comité Militar Revolucionario. Estaba compuesto por
8.000 voluntarios separatistas miembros de su partido, especialmente de
las Juventudes de Esquerra Republicana-Estat Catalá, a las que dotó de
20.000 fusiles comprados con dinero público. Tras el estallido
de la Guerra, estas milicias serían el núcleo del Comité de Milicias
Antifascistas de Cataluña, fundadas por un decreto del presidente
Companys el 26 de julio de 1936 y que sembró el terror en la retaguardia
durante la guerra.
Durente este periodo, bajo su mandato y responsabilidad directa fueron asesinadas 8.129 personas en Cataluña.
Sin juicio ni garantías legales.
En su mayor parte eran civiles
pertenecientes a partidos de derechas, miembros del clero o empresarios.
Ordenó la creación de campos de concentración, como el de Omells de Na
Gaia y autorizó a las diferentes formaciones del Frente Popular a
constituir sus propias checas. Él mismo firmaría sentencias de muerte.
Las víctimas de la represión que fue responsabilidad de Companys fueron 2.441 religiosos,1.199 carlistas, 281 miembros de la Liga Regionalista: 281, 213 de la CEDA, 108 falangistas,
70 militantes de Renovación Española, 117 de Acción Ciudadana, 110 del
Sindicato Libre, 117 de Acción Ciudadana, 18 de la Federación de Jóvenes
Cristianos y 34 sin identificación política.
Consulte aquí el listado completo de los asesinados.
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