Páginas

martes, 23 de mayo de 2017

El caso de Beatriz Asenjo Cadalso, clama al cielo. Los hijos debería imperar en un caso de divorcio.

El grito desesperado de Beatriz Asenjo Cadalso desgarraba por los cuatro costados. Cargada de impotencia, dolor y rabia, su voz denuncia una situación insostenible: «Me desahucian por una demanda presentada por mi exmarido como venganza, por haberle denunciado yo hace ya cuatro años y medio por malos tratos». Aquella denuncia que hizo contra el que por entonces era su marido no prosperó por falta de pruebas. «Fue absuelto a pesar de que mis hijos fueron testigos algunas veces de las agresiones; no obstante, por miedo a que tomara represalias contra ellos, no quise que testificaran», asegura.

MÁS INFORMACIÓN