El grito desesperado de Beatriz Asenjo
Cadalso desgarraba por los cuatro costados. Cargada de impotencia, dolor
y rabia, su voz denuncia una situación insostenible: «Me desahucian por una demanda presentada por mi exmarido como venganza,
por haberle denunciado yo hace ya cuatro años y medio por malos
tratos». Aquella denuncia que hizo contra el que por entonces era su
marido no prosperó por falta de pruebas. «Fue absuelto a pesar de que
mis hijos fueron testigos algunas veces de las agresiones; no obstante,
por miedo a que tomara represalias contra ellos, no quise que
testificaran», asegura.
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