A veces, uno se encuentra en un camino que no tiene salida, en caminos a los que entramos sin darnos cuenta y hemos de dar la vuelta, pero a veces, uno se queda al final admirando a los maestros de la pintura, a esos danzarines de los pinceles y el arte, porque Tus zonas de éxitos, te dicen que tenemos más posibilidades de las que en realidad creemos tener para lograr los éxitos.
La vida es un estado de gracia, es una suerte nacer hombres. "Mírame, estoy a punto de preocupame por ti". "Estoy en el puerto de donde salen las aventuras marineras". ¿Qué hacer, esperar a que la suerte nos invada como un ataque de abejas?, o quizás lo más eficaz es trabajar duro como este danzarín de Alex para llegar ser un divo del ballet.
Y ya no vale sin la sal de la India, ni las rueda Persa para sombrarse de todo lo que ignora el samurái de la vida. Pues como el danzarín de Alex, miramos al cielo a la espera de una iluminación o de una ilusión que nos haga cabalgar un día más en la jornada de la vida, porque en realidad somos eternos, siempre dejamos huellas de nuestras obras y de nuestro amor por la vida, que es la ilusión.
Ramón Palmeral