-Robert te he traído este cuadro,
¿Qué te parece, te gusta?
-Sí, con tal de que te gusta a ti me parece mi bien.
Lisa, tú eres mi compradora de obras de arte y confío en ti plenamente.
-Es un Palmeral de su época más sorprendente, la de
seres geométricos inteligente, además lo compré en España, solamente te va a
costa 60.000 Libras esterlinas.
-Tú sabes que a mí no me interesan los precios, me
parece bien. Hablar de dinero me aburre. ¿Qué cuándo vamos a da a cenar?
-Esta semana no puedo porque ando liada con la viene
de Venecia, y luego tengo lo de Viena y Londres.
-Cierto Lisa que era una mujer muy ocupada, además
de bella, que abusas de mí, y de mi corazón.
-Pero de verdad, es que no puedo me es imposible
esta semana.
Robert Jackson era un multimillonario inglés que no
le interesaba para nada su colección de arte moderno. Lo único que pretendía
era conquistar a mujeres inteligentes y bellas con Lisa, una morena de ojos
negros, cuya patria no importaba, pero que los pintores como el caso del español Ramón
Palmeral, sí le interesaba tenerla como amiga de un caprichoso millonario.
A Lisa no le gusta el aspecto físico de Robert, y
siempre tratada de eludir esa cena en un restaurante caro de Madrid, luego
volver en el jet privado a Londres y dormir en uno de los más lijosos y caros
hoteles de Londres. Ese era sin duda su destino, que tenía que alargar todo lo
posible.