Argentina se abre de nuevo a los libros del mundo
Durante los últimos años del kirchnerismo se cortó la importación para favorecer la industria local
Carlos E. Cué
Buenos Aires
16 ENE 2016 - 20:32 CET/El País
Todavía hoy es la ciudad con más librerías por habitante, según el estudio World Cities Culture Forum.
Algunas, en la calle Corrientes, abren las 24 horas, un espectáculo único. Sin embargo, en los últimos años, los lectores argentinos tenían muchos problemas para encontrar libros minoritarios, de tirada pequeña, para lectores más exigentes. El Gobierno kirchnerista, sobre todo desde 2010, puso durísimas trabas a la importación para favorecer a la industria local. No estaba prohibida, pero era tan complejo que solo entraban libros de éxito seguro. Tanto es así que es frecuente que los argentinos pidan a sus amigos extranjeros que les traigan libros imposibles de encontrar en Buenos Aires.
El nuevo Gobierno acaba de levantar esas trabas y muchos libreros y editores están entusiasmados. Los impresores, por el contrario, están inquietos. Creen que una entrada masiva puede acabar con miles de puestos de trabajo en las imprentas locales, que han tenido una explosión en los últimos años.