El Congreso de los Diputados ha aprobado este jueves la Ley que concede la nacionalidad española a los sefardíes originarios de España.
La norma posibilitará la adquisición de la nacionalidad española por
los sefardíes descendientes de los judíos expulsados de España en el
siglo XV, sin necesidad de que renuncien a su nacionalidad y sin
exigencia de residencia en España.
Los ministros de Justicia y de Exteriores, Rafael Catalá y José Manuel García-Margallo,
respectivamente, han pedido la palabra en el pleno para asegurar que se
trata de una decisión histórica "que repara una injusticia de hace 500
años". Esa concesión ha sido apoyada por todos los grupos
parlamentarios, pero las críticas de la oposición han venido de la
exclusión de otros colectivos como los ciudadanos del Sáhara.
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Los sefardíes o sefarditas y también sefaraditas (del hebreo ספרדים), «españoles» son los judíos hispano-portugueses que vivieron en la península ibérica hasta 1492 y también sus descendientes, quienes, más allá de residir en la península ibérica o en otros puntos geográficos del planeta, permanecen ligados a las culturas ibéricas.1
En la actualidad la comunidad sefardí alcanza los dos millones de integrantes, la mayor parte de ellos residentes en Israel, Francia, Estados Unidos y Argentina. También a México, Honduras, Nicaragua, Colombia, Costa Rica, Panamá, Cuba, Chile y Perú.2
Durante el siglo XIX, el término sefardí se empleaba además para designar a todo judío que no era de origen askenazí (judíos de origen alemán, centroeuropeo o ruso). En esta clasificación se incluía también a judíos de origen árabe, de Persia, Armenia, Georgia, Yemen e incluso India, quienes aparentemente no guardaban ningún vínculo con la cultura ibérica que distingue a los sefardíes. La razón por la cual se utilizaba ese término indistintamente se debía principalmente a similitudes en el rito religioso y la pronunciación del hebreo que los sefardíes comparten con las poblaciones judías de los países mencionados (y que son claramente distintas a los ritos y pronunciaciones de los judíos azkenazíes). No obstante, a partir de la fundación del Estado de Israel, se consideró ya un tercer grupo dentro de la población judía, los mizrahim (del hebreo מזרח 'Oriente'), para garantizar que el término «sefardí» haga exclusivamente alusión al grupo humano antiguamente vinculado con la península ibérica.[cita requerida]
Los judíos desarrollaron prósperas comunidades en la mayor parte de las ciudades españolas. Destacan las comunidades de las ciudades de Ávila, Burgos, Córdoba, Granada, Jaén, León, Málaga, Segovia, Sevilla, Soria, Toledo, Vitoria y Calahorra. En la Corona de Aragón, las comunidades (o Calls) de Zaragoza, Gerona, Barcelona, Tarragona, Valencia y Palma de Mallorca se encuentran entre las más prominentes. Algunas poblaciones, como Lucena, Hervás, Ribadavia, Ocaña y Guadalajara, estaban habitadas principalmente por judíos. De hecho, Lucena estuvo habitada exclusivamente por judíos durante siglos en la Edad Media.
En Portugal, de donde son originarias muchas ilustres familias sefardíes, se desarrollaron comunidades activas en las ciudades de Lisboa, Évora, Beja y en la región de Trás-os-Montes.