El río más caudaloso de la Península Ibérica es el Ebro, periódicamente se desborda e inunda las tierras de las comarcas aragonesas y Logroño a su paso. En cambio, "oficialmente", según el Gobierno de la Comunidad Autónomica de Aragón, este río no tiene agua para aquél proyecto de Trasvase del Ebro a tierras de Valencia, Murcia y Almería, que el ínclito presidente, José Luis Rodríguez Zapatero del PSOE tiró al cubo de la basura en una reconversión de votos.
Mientras media España se muere literalmente de sed, la obra se anega y ahoga en su propia exhuberancia hídrica. El Plan Hidrológico Nacional es un papel mojado mientras el esperado trasvase no se ponga en obras. Es ahora, el cachorro enajulado de Pedro Sánchez, quien toma barros, y promete a los aragoneses lo que no puede cumplir, porque está en la opocisión sin poder ejecutivo; pero, eso sí, promete y pormeterá todo lo posibe y más si lo votan, para luego quedar todo en aguas de borrajas del olvido. Y cantando -dice- "yo estoy mojándome en el barro del Ebro, Rajoy, no ha aparecido", y es qué Pedro tiene toda la razón, Rajoy ya tarde en pasear en barca por el Ebro, si hubiera sido el Llobregat no hubiera perdido minutos en aparecer con la comunidad díscola y discrepante.
Año tras año, los pueblos se inunda, años tras año no se hace nada, y no se limpan los cauces. La Juta de Aragón hace como el aveztruz, y encima se queda sin palas y picos, pero "picos" para pedir al Gobierno Central soluciones, más un trasvase que aliviaría las credias, como un aliviadero de cientos de hectómetros que en lugar de ir al mar por Amposta, se irían a a gricultura levantina y murciia, pero estos son competidores en el gruto y la verdura, y no nos conviene. Y así va todo en esta España de café con leche y churros, cristianos y conversos.
Leo hoy en la prensa de Alicante:
"El presidente del Sindicato Central del
Trasvase Tajo-Segura (25.000 regantes en la provincia de Alicante), José
Mará Claver, exigió ayer al Gobierno de Mariano Rajoy el mismo trato
que el Ejecutivo va a dar a agricultores y ganaderos afectados por la
riada del Ebro. Claver alertó de que el viernes el consejo de ministros
aprobará ayudas extraordinarias para paliar los efectos catastróficos de
las inundaciones, mientras que en Alicante y Murcia se lleva negociando
5 meses la aprobación de un decreto de sequía. No hay fecha para su
aprobación porque, además, el propio decreto ha enfrentado a los
agricultores tradicionales de la Vega Baja –los que captan agua del río–
con los del trasvase. Ayer, el presidente de la Confederación del
Segura, Miguel Ángel Ródenas pidió calma durante una visita a Orihuela
para asistir al relevo del juez privativo de Aguas".
Ramón Fernández Palmeral
Alicante, 4 de marzo 2015.