Los pasajeros no se percataron hasta el final, mientras que el coopiloto alemán Lubitz no atendió a las indicaciones de los controladores de tierra pese a que siguió respirando en todo momento.
El copiloto del avión siniestrado en Los Alpes franceses accionó de manera deliberada el descenso del avión, impidió al comandante volver a la cabina y estuvo vivo hasta que se estrelló el vuelo de Germanwings, con 150 personas a bordo. Esta es la explicación que ha dado este mediodía el fiscal de Marsella que investiga el caso, Brice Robin
Lufthansa ha asegurado que Lubitz había pasado todas las pruebas psicológicas y que era apto para volar. Mientras, prosiguen los trabajos para recuperar a los cadáveres de los 150 fallecidos y los familiares comienzan a llegar a la zona.
Seguridad en cabina
En 2002, tras los atentados del 11-S contra la Torres Gemelas y el Pentágono
en Estados Unidos, las autoridades de internacionales de Aviación Civil
reforzaron la seguridad a bordo de los aviones. Uno de los mecanismos
que se introdujeron fue el bloqueo de la cabina de los pilotos, donde,
además, se colocaron puertas blindadas.
Un panel de números y clavez controla el acceso. Hay tres procedimientos. El normal, cuando un miembro de la tripulación quiere acceder a la cabina, lo solicita a los pilotos y son ellos los que abren desde dentro tras pulsar uno de los botones del panel numérico. Los otros dos son de emergencia: bloqueo de la puerta desde el interior del habitáculo, al sentir que alguien trata de acceder sin permiso; o acceso forzado al mismo al no tener respuesta del interior por cualquier razón.
Un panel de números y clavez controla el acceso. Hay tres procedimientos. El normal, cuando un miembro de la tripulación quiere acceder a la cabina, lo solicita a los pilotos y son ellos los que abren desde dentro tras pulsar uno de los botones del panel numérico. Los otros dos son de emergencia: bloqueo de la puerta desde el interior del habitáculo, al sentir que alguien trata de acceder sin permiso; o acceso forzado al mismo al no tener respuesta del interior por cualquier razón.