La hipocresía es fingir un sentimiento, y me refiero sobre todo a la amistad, uno cree tener amigos leales y fieles, en los que confías, pero a la hora de la verdad estos amigos se raján, te defraudan, porque no se trataba de una verdadera amistad, sino de una conveniencia oportunista. Lo que más odio y no puedo personar son a los amigos hipócritas, los que fingen ser leales y luego no lo son. Esto me repatea y me hace perder la fe en los amigos.
Uno se desvive por los demás, ellos te juran y perjuran que te deberán una, y luego esas una se convierte en traición. Pues yo soy impulsivo y rencoroso, y cuando me enfado lo hago para siempre. Lo que más duele son las puñaladas traperas. A buen entendedor pocas palabras bastan, no soy ni seré plato de segunda mesa.
Soy un enferemizo celoso de mi obra pictórica.
Ramón Fernández Palmeral
Alicante, Centro de Arte.