Es la primera imputación a Cotino que pesa sobre el
exdirector general de la Policía con Aznar, referente del sector
cristiano del PP y padre político de Camps. Al adelantar al 13 de
octubre pasado su abandono de la política tras 40 años, se evitó tener
que dimitir de las Cortes forzado por la «línea roja» de Fabra. En la
misma pieza de Gürtel están también imputados el exdirector de RTVV
Pedro García y los miembros de la red Francisco Correa, Pablo Crespo y
Álvaro Pérez. Para Cotino, puede ser el inicio de un via crucis
judicial, ya que se ve salpicado por la presunta financiación irregular del PP vía contratos públicos a Sedesa (firma presidida por su sobrino Vicente Cotino), así como por el caso Bárcenas y
la supuesta donación de 200.000 euros a Génova. La Fiscalía investiga
asimismo si benefició a Gerocentros (participada por Sedesa) en las
adjudicaciones de plazas de residencias. En el caso Brugal, hay
conversaciones de su sobrino con el constructor Ortiz en las que se
hablaba de que ayudaría a agilizar los procedimientos.
Dicen que unos 13 millones de € anda en juego.
Y es que esto de invitar a la Iglesia de Roma a compartir los espacios religiosos valencianos tiene su Santanás siempre con una espada de punta y casi en la rabadilla, donde la espalda pierde su nombre y que confuende con los caquis.