Las cotizaciones de los títulos públicos bajan, pero menos de lo previsto ante un impago
Alejandro Rebossio
Buenos Aires
6 AGO 2014 - 20:40 CEST147
Argentina cumple este miércoles una semana de inmersión en su crisis
de deuda. Lo hace afrontando nuevas dificultades para su economía, que
se añaden a su recesión. Sin embargo, el impacto del impago de uno de sus bonos, el Discount, tras el conflicto con los fondos buitre
está siendo moderado en los mercados, a pesar de que varias
calificadoras de riesgo crediticio han certificado que el país
sudamericano se encuentra en suspensión de pagos “restringida”.
En la medida en que pasan los días sin pacto, los precios de los bonos caen, pero sin llegar a reflejar el impago
“Yo no voy a negar dificultades”, dijo Kicillof. “Las dificultades reales, como lo es el crecimiento del comercio internacional a un 2,1% el primer trimestre del año, cuando era del 4% el año pasado”. Y prometió medidas para reactivar una economía argentina que ya había caído en recesión a finales de 2013: “Donde haya un problema va a haber un Gobierno activo desde lo económico para que no se pierdan puestos de trabajo”.
El impago declarado por las agencias de riesgo crediticio Standard & Poor’s y Fitch ha llevado a que bancos comenzaran a restringir la financiación de comercio exterior de empresas en Argentina. Pero en las calles del país sudamericano no se percibe una suspensión de pagos. La economía cotidiana continúa discurriendo con sus problemas de antes, como la inflación del 32,2% anual, una nueva huelga de maestros bonaerenses por 48 horas en demanda de mejoras salariales, la cárnica brasileña Marfrig que cierra una planta en la provincia argentina de Córdoba y deja sin empleo a más de 350 obreros y la bajada del precio internacional de la principal exportación de Argentina, la soja, que impacta en ciudades y pueblos de la pampa húmeda.