A las puertas de palacio les esperaban los Reyes, Don Juan Carlos y Doña Sofía, así como otras autoridades, entre ellas el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy; el del Senado, Pío García Escudero; el ministro de Asuntos Exteriores y de Cooperación, José Manuel García-Margallo; la alcaldesa de Madrid, Ana Botella y la delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes.
La banda de música de la Guardia Real ha interpretado entonces el himno de México y, a continuación, el himno de España, mientras se disparaban salvas de honor. Los Reyes y sus invitados se han dirigido posteriormente a una tribuna para presenciar el desfile de una compañía de honores de la Guardia Real, no sin antes pararse a saludar a las autoridades presentes.
Terminado el vistoso desfile, en el que han participado diversos escuadrones de la Guardia Real, los Reyes y el presidente de México y su esposa han permanecido unos minutos charlando con Rajoy y García-Escudero. Después de despedirse, los Reyes han acompañado a sus huéspedes al interior del Palacio de El Pardo. En unas horas se volverán a ver para comer juntos en La Zarzuela. Y por la noche ofrecerán una cena de gala en el Palacio Real de Madrid en honor de Peña Nieto y su esposa, a la que se sumarán los Príncipes de Asturias.
Esta es la primera visita de Estado que recibe España tras un parón de más de tres años, motivado por las sucesivas operaciones en las articulaciones a las que se ha sometido el Rey, unido a la coyuntura económica del país, que no era la mejor para la celebración de actos con pompa al mismo tiempo que se pedían duros sacrificios a los ciudadanos.
Las visitas de Estado son aquellas que realizan mandatarios extranjeros tras recibir una invitación de los Reyes y se caracterizan por tener una agenda más protocolaria y larga que los viajes oficiales y de trabajo. Requieren por tanto una presencia activa de los anfitriones, que reciben, despiden, almuerzan y cenan con sus huéspedes en varias ocasiones durante su estancia.
................
Desde Nuevo Impulso pensamos que las relaciones entre México y España debieran ser más estrechas. Para México, España su pone un puente hacia Europa, un tren que no se debe perder. tenemos en común historia, idioma, religión y fe en el esfuerzo, y ambo reunimos la cualidad de El Quijote, levantarse después de cada caída.
