El debate que
se ha suscitado con la abdicación del Rey Juan Carlos y proclamación de su hijo
el Príncipe Felipe, era lógico como suele pasar siempre en la Historia. Toda
abdicación o sucesión ha tenido sus problemas desde la Guerra de Sucesión, las
Guerras Carlistas o la huída de Alfonso XIII, con el advenimiento de la II
República. Supongo que estas manifestaciones republicanas por parte de los
partidos minoritarios, de ciudadanos descontentos, y de otros grupos de nostálgicos
republicanos de tradición y ADN han visto su oportunidad de manifestarse y a la vez
pedir en las Cortes Generales un referéndum para que se celebre un referéndum en tres meses.
Se
entiende a la republicanismo porque se considera más democrático elegir a un Presidente
de República al que se le puede pedir responsabilidades políticas e
incumplimiento de su programa electoral, para de esta forma afianzar aún más el
poder del pueblo, sin olvidar que reside en las Corte Generales. Puesto que
esto es lo que hemos inculcado a los ciudadanos: Democracia y participación
ciudadana.
Sin embargo, los
que apuesta por el republicanismo no nos han dicho qué modelo quieren, si el de
EE.UU, el Francés, el Alemán, la de Rusia o la de China…Porque algunas repúblicas
han sido un desastres y han estado siempre en cambios y sin ahcer reformas. De acuerdo a nuestra Constitución, un Presidente de República
tendría las mismas funciones que el Rey.
Por otra parte,
nuestra monarquía no es absolutistas de siglos pasados, sino que es una
monarquía parlamentaria, cuyo rey que desempeña la Jefatura del estado, está
refrendado por el Presidente del Gobierno y este a su vez controlado por las
Cortes Generales, es decir, que no tiene poderes absolutistas y no tiene
competencias legislativas, ejecutivas ni judiciales, sino que es nuestra
representación internacional y que recibe a los diplomáticos. Es decir, que el
prestigio y respeto a la Casa Real es tan elevado, o tiene tantos enteros, que
en el exterior, y sobre todo en Iberoamérica, difícilmente superada equiparable o superado por cualquier español
de sangre no real que pretenda llevar la Jefatura del Estado, que es realidad
es representativa. El modelo de monarquía parlamentaria no está yendo bien, por
que cambiar hacia la aventura.
Por ello, pensar
ahora en un referéndum para contentar a unos cuantos peticionarios de la república, es no pensar en los problemas
actuales de los españoles como el paro, la sanidad, o los nacionalismo
separatistas, que no se resuelven con la
aventura republicana. Sin embargo, veo bien estas manifestaciones republicanas
pacíficas como un aviso o castigo a los que nos gobiernan para que enmiende sus
errores.
La mayoría vemos bien la abdicación del rey
Juan Carlos I, para que de caso a una nueva generación, y me gusta Felipe VI. Esta conclusiones son la consecuencia de que
me considero constitucionalista, es decir que hemos de respetar la Constitución
democráticas de 1978. Todos aquellos que no estén de acuerdo con ella impumplen su juramento de lealtada. No se enteran de que la Constitución de una Carta Magna democrrática. No se puede redactar una nueva cada para cada generación. Se puen modificar o enmendar algunos puntos, pues sí, pero no desde la calle sino en el Parlamento.
Qué nos dice
que la forma de república es mejor forma de gobierno que una monarquía parlamentaria,
simplemente que el Jefe del Estado ha sido elegido y no hereditario. Pero no
quiere decir que sea mejor o pueda solucionar nuestros problemas. Creo que si
este sistema nos va bien, y se ajusta a una legalidad democrática en la
Constitución no debemos aventurarnos en experimentos, porque tampoco lo
neceistamos. Lo mejor es vivir en la realidad y aguantarnos nuestras ganas de urnas.
Estas son mis
conclusiones para que en el futuro, yo pueda decir “ya os lo dije”. Porque estos qye piden república son de piñon fino y no cesarán en sus pretensiones hasta que lo consigan, para ellos mandar. Se puede ser progresista que no imbéciles.
Ramón Fernández Palmeral
10 de junio 2014