Pues no, falsa alarma. El yate que ayer
abandonó Alicante había llegado un día antes al muelle de la Volvo
procedente de Puerto Banús a cargar combustible y depositar residuos. Se
trata de un barco botado hace tan sólo un año en Florida (EE UU),
valorado en 38 millones de euros y que es propiedad de un empresario
ruso, que lo utiliza para uso privado y para alquilarlo al amante del
deporte náutico que disponga de los 100.000 euros que cuesta alquilarlo
una semana.
El yate es un prodigio tecnológico, desplaza 717 toneladas y tiene capacidad para 12 pasajeros mas la tripulación. El barco está gestionado por una empresa con base en Gran Bretaña. La embarcación se considera del grupo de barcos de recreo calificado como yates deportivos. A todos los estándares propios de estos barcos, incluyendo una zona para el aterrizaje de helicópteros su interior es propia de un hotel de lujo. Dispone también de un gimnasio cubierto y acristalado situado en su cubierta superior, singularidad única en la flota internacional de buques de recreo. La otra curiosidad es su mascarón de proa, en el que muestra la figura a tamaño real en metal plateado de un jaguar.
El yate es un prodigio tecnológico, desplaza 717 toneladas y tiene capacidad para 12 pasajeros mas la tripulación. El barco está gestionado por una empresa con base en Gran Bretaña. La embarcación se considera del grupo de barcos de recreo calificado como yates deportivos. A todos los estándares propios de estos barcos, incluyendo una zona para el aterrizaje de helicópteros su interior es propia de un hotel de lujo. Dispone también de un gimnasio cubierto y acristalado situado en su cubierta superior, singularidad única en la flota internacional de buques de recreo. La otra curiosidad es su mascarón de proa, en el que muestra la figura a tamaño real en metal plateado de un jaguar.