EL RELEVO del director y fundador de ELMUNDO es un hecho excepcional
en la historia de este periódico y, por ende, del periodismo español.
Este diario, con Pedro J. Ramírez al frente, ha sido fundamental para
garantizar el derecho a la información de los ciudadanos en el último
cuarto de siglo. Gracias a los centenares de exclusivas que estos años
han llenado sus portadas, la opinión pública ha podido conocer los
crímenes de Estado, el saqueo de los fondos reservados, los pelotazos de
los poderosos en el mundo de las finanzas, las entretelas de las más
altas instituciones, la corrupción en los partidos y los sindicatos.
Fiel a los principios que inspiraron su creación, para ELMUNDOno ha habido ni zonas de sombra ni sanctasanctórum: toda información contrastada de interés público ha sido publicada, afectara a quien afectase y molestara a quien molestase. En el comunicado que el presidente de Unidad Editorial, Antonio Fernández-Galiano, remitió ayer a todos los empleados del grupo, agradeció a Ramírez su labor. «Su personalidad y su capacidad de liderazgo, ni siquiera discutidas por sus enemigos más acérrimos, han sido fundamentales para que EL MUNDO haya cosechado todos y cada uno de los éxitos informativos que han labrado su imagen como el periódico de las grandes exclusivas». Cuando ayer Pedro J. Ramírez se despidió formalmente de la redacción -aun cuando dirigirá el periódico hasta este domingo- aseguró en su discurso que el espíritu que ha animado estos años al diario sigue vivo en las personas que permanecen en él, «porque el tipo de periodismo que hemos elegido no es una profesión, es una forma de vida».
Pedro J. Ramírez dejó bien claro que no se va por su propia voluntad, que si por él fuera hubiera dirigido ELMUNDO «hasta el último día de mi vida» y que tampoco está cansado. Atribuyó los cambios que ahora se han producido a una decisión «legítima» de los accionistas, pero admitió que las tensiones que han desembocado en su cese se agravaron a raíz del caso Bárcenas, en concreto tras «la bajeza» de Mariano Rajoy de estigmatizar a ELMUNDO en el Pleno del Congreso del 1 de agosto, cuando acusó al diario de «manipular» y «tergiversar».
La amargura de esa marcha queda matizada, en opinión del director de ELMUNDO, por la elección de su sustituto, Casimiro García-Abadillo, persona de su absoluta confianza, artífice de algunas de las mejores exclusivas del diario y su mano derecha en los últimos años. También por la decisión de la compañía de permitirle seguir vinculado a Unidad Editorial. Pedro J. Ramírez seguirá publicando su carta de los domingos, que no ha faltado a la cita en las cuatro últimas décadas, desde ABC, pasando por Diario 16 y en estas páginas desde octubre de 1989. «Mientras ese compromiso no se rompa y ELMUNDO continúe siendo ELMUNDO, yo seguiré aquí», señaló.
Las emociones y los aplausos que suscitaron las palabras de Pedro J. Ramírez evidencian la unidad y la cohesión de los profesionales de ELMUNDOen torno al periodismo independiente que ha sido siempre su seña de identidad. Son la garantía también de que ésa seguirá siendo la razón de ser del diario.
Fiel a los principios que inspiraron su creación, para ELMUNDOno ha habido ni zonas de sombra ni sanctasanctórum: toda información contrastada de interés público ha sido publicada, afectara a quien afectase y molestara a quien molestase. En el comunicado que el presidente de Unidad Editorial, Antonio Fernández-Galiano, remitió ayer a todos los empleados del grupo, agradeció a Ramírez su labor. «Su personalidad y su capacidad de liderazgo, ni siquiera discutidas por sus enemigos más acérrimos, han sido fundamentales para que EL MUNDO haya cosechado todos y cada uno de los éxitos informativos que han labrado su imagen como el periódico de las grandes exclusivas». Cuando ayer Pedro J. Ramírez se despidió formalmente de la redacción -aun cuando dirigirá el periódico hasta este domingo- aseguró en su discurso que el espíritu que ha animado estos años al diario sigue vivo en las personas que permanecen en él, «porque el tipo de periodismo que hemos elegido no es una profesión, es una forma de vida».
Pedro J. Ramírez dejó bien claro que no se va por su propia voluntad, que si por él fuera hubiera dirigido ELMUNDO «hasta el último día de mi vida» y que tampoco está cansado. Atribuyó los cambios que ahora se han producido a una decisión «legítima» de los accionistas, pero admitió que las tensiones que han desembocado en su cese se agravaron a raíz del caso Bárcenas, en concreto tras «la bajeza» de Mariano Rajoy de estigmatizar a ELMUNDO en el Pleno del Congreso del 1 de agosto, cuando acusó al diario de «manipular» y «tergiversar».
La amargura de esa marcha queda matizada, en opinión del director de ELMUNDO, por la elección de su sustituto, Casimiro García-Abadillo, persona de su absoluta confianza, artífice de algunas de las mejores exclusivas del diario y su mano derecha en los últimos años. También por la decisión de la compañía de permitirle seguir vinculado a Unidad Editorial. Pedro J. Ramírez seguirá publicando su carta de los domingos, que no ha faltado a la cita en las cuatro últimas décadas, desde ABC, pasando por Diario 16 y en estas páginas desde octubre de 1989. «Mientras ese compromiso no se rompa y ELMUNDO continúe siendo ELMUNDO, yo seguiré aquí», señaló.
Las emociones y los aplausos que suscitaron las palabras de Pedro J. Ramírez evidencian la unidad y la cohesión de los profesionales de ELMUNDOen torno al periodismo independiente que ha sido siempre su seña de identidad. Son la garantía también de que ésa seguirá siendo la razón de ser del diario.