Cuando un medio de comunicación se cierra, también se le cierra los ojos y la boca a los ciudadanos. Esto ha sido una vergüenza de la política de derechas del PP valenciano.
Oración, despedida y cierre
juan r. gil 01.12.2013 | 00:14 Diario Información
La clausura de RTVV no ha podido ser una chapuza
mayor, que deja al president Fabra en una situación muy delicada, con
Rajoy manteniendo las distancias y una operación en marcha que busca
liquidarlo tras las europeas
scribía hace algunas semanas en El País mi compañero Josep Torrent que con la clausura de Radio Televisión Valenciana el president Fabra
se pegaba un tiro en el pie. La metáfora, en el inicio de aquel
proceso, estaba bien traída. Veintitantos días después, la consumación
del cierre pero, sobre todo, la forma en que se ha hecho, ha venido a
demostrar que Fabra en realidad lo que hacía era jugar a la ruleta rusa,
y ha acabado pegándose el tiro en la sien. ¿Está muerto? Ningún
camposanto como el de la política para recordar a Corneille y proclamar aquello, erróneamente atribuido al Tenorio de Zorrilla, de que los muertos que vos matáis gozan de buena salud.
Pero en todo caso, el jefe del Consell, a año y medio de las
elecciones, está en coma en la UCI. Como el gobierno que preside. Como
la propia autonomía, vamos.No voy a entrar aquí –ya lo he hecho otras veces– en si RTVV era o no sostenible. Mucho no debía serlo, porque ningún gobierno, salvo el de Zapatero, renuncia de buen grado a un aparato de propaganda como el que la televisión y la radio públicas valencianas han supuesto para el PP en los 18 años que lleva enseñoreándose de estas tierras. Tampoco voy a volver a incidir en la actitud de algunos de los periodistas del ente, cuyo aguerrido verbo nos ha sorprendido en estos días, pero a los que, junto a las acusaciones contra el PP, todas ellas ciertas, no he visto hacer ningún acto propio de contricción por los años que han estado contribuyendo de forma activa a la manipulación y la censura más grosera. El culpable de todo lo que ha ocurrido es el PP, y solamente el PP. Pero estos lodos de hoy vienen de unos polvos en los que ha habido a lo largo de los años muchos más responsables, y entre ellos no faltan periodistas, aunque lamente la situación en que quedan.