"algunos consejos tácticos de Manuel Azaña gran utilidad: evitar el personalismo, no
perder la serenidad, permitir el juego de las instituciones, no pensar
con frases hechas, sacar buen fruto de los disparates que cometan los
demás", y no dejarse sesgar por "los veleidosos titulares de los
periódicos". Echamos de menos en los políticos la honradez de este hombre satanizado por los encedores.
Estaba en contra de la monarquía de Alnfoso XIII, por el autogolpe de estado de Miguel Primo de Rivera
fue un momento crítico en su evolución política. En primer lugar, lo
llevó a romper con el Partido Reformista porque entendió que su base
doctrinal y moral era insuficiente para hacer frente a la situación
política de España. Básicamente, Azaña entendió que el partido se había
fundado para democratizar la monarquía, conservando su forma y su
prestigio histórico, pero en modo alguno su arbitrariedad inherente.
Así, pues, Azaña expuso su idea de que el tronco central de la cultura
española ya no era católico (separación Iglesia-Estado), y que no había vuelta atrás. Su idea era
que había que sustituir esa religión nacional por otra de carácter
laico, pero con libetad de credo. De ahí que para Azaña fuese suficiente con la prohibición a las
órdenes religiosas de enseñar y con reclamar la libertad de conciencia
para los ciudadanos. Creo plazas para 25.000 maestros civiles que sustiruirían a los religiosos, puesto que la educación estaba en mano de la Iglesia. Con la idea de una España moderna, culta, científica y avanzada.
La quema de conventos:
La mañana del lunes 11 de mayo 1931 (Presidente de la Repúbocia: Nioceto Alcalá Zamora) las turbas de incontrolados se echaron a la calle masas anticlericales, anarquistas y a los radicales de izquierda pirómanos. Llegó la noticia de que la Casa de Profesa
de los jesuitas estaba ardiendo. El ministro de la Gobernación Miguel
Maura de nuevo intentó sacar a la calle a la Guardia Civil para
restablecer el orden pero al igual que la noche anterior se encontró con
la oposición del resto del gabinete y especialmente de Manuel Azaña que era Ministro de la Guerra,
quien, según Maura, llegó a manifestar que todos los conventos de Madrid no valen la vida de un republicano y amenazó con dimitir si hay un solo herido en Madrid por esa estupidez.21
A otro ministro, según Maura, le hizo gracia que fuesen los jesuitas
los primeros en pagar «tributo» al «pueblo soberano». El que presentó su
dimisión -que luego retiraría- fue Maura que abandonó la sede de la
Presidencia del Gobierno La inacción del gobierno permitió que los sublevados quemaran más de una decena de edificios religiosos. En Málaga, general José Gómez Caminero, gobernador militar de Málaga, que incluso pudo ser condescendiente para con las masas incendiarias de iglesias mandó retirar a la Guardia Civil de la calles. En Alicante
se incendiaron las Escuelas Salesianas, el Colegio de las Carmelitas,
la Parroquia de Benalúa, el Convento de San Francisco, la casa de
ejercicios de la Compañía de Jesús, el Convento de las Oblatas, la
Iglesia del Carmen, la Residencia de los Jesuitas, el Convento de
Capuchinos, el Convento de Agustinos, el Palacio Episcopal, el Colegio
de Jesús y María, el Colegio de la Compañía de María y el Colegio de los
Maristas.
La Ley de Reforma Agraria de España de 1932, promulgada el 9 de septiembre, fue uno de los proyectos más ambiciosos de la Segunda República
porque pretendía resolver un problema histórico: la tremenda
desigualdad social que existía en la mitad sur de España pues junto a
los latifundios
propiedad de unos miles de familias, casi dos millones de jornaleros
sin tierras vivían en condiciones miserables. El método que finalmente
se escogió para resolver el problema fue la expropiación con
indemnización de una parte de los latifundios que serían entregados en
pequeños lotes de tierra a los jornaleros. Sin embargo, por diversas
razones, la reforma no consiguió satisfacer las expectativas que los
jornaleros habían puesto en ella.
Presidente de la República mayo de 1936, no tuvo buenos presidentes de gobierno: Santiago Casares Quiroras, Diego Martinez Barrios, José Giral Pereira, Francisco Largo caballero, Juan Negrín López (El del oro de Moscú para comprar armas y París)