Después de 300 años Gibraltar es de los británicos y, lamentablemente para los españoles, lo seguirá siendo por muchos siglos más. Sobre todo por nuestra política del avestruz. ¿Sabías que es un paraíso fiscal? Tiene registradas más empresas que habitantes.
Los tratados entre Gran Bretaña y España
Tres meses después los representantes de Felipe V —que habían permanecido retenidos en París casi un año (entre mayo de 1712 y marzo de 1713) por orden del marqués de Torcy para que no interfirieran en las negociaciones, aunque con la excusa de que necesitaban un pasaporte para ir a Utrech se incorporaban al acuerdo con la firma el 13 de julio 1713 del tratado entre el reino de Gran Bretaña y el reino de España.Los embajadores de Felipe V, el duque de Osuna y el marqués de Monteleón, llevaban instrucciones muy precisas de su rey como que mantuvieran el reino de Nápoles para su Corona o que «nación ninguna ha de traficar derechamente en las Indias ni ha de llegar a sus puertos y costas» y en caso de concederles ventajas las naves serán españolas y deberán partir y retornar a puertos españoles. Un tema al que concedía mucha importancia era el referido al caso de los catalanes —en aquellos momentos Barcelona todavía resistía el cerco borbónico— sobre el que afirmaba que «de ninguna manera se den oídos a propósito de pacto que mire a que los catalanes se les conserven sus pretendidos fueros».De las instrucciones que recibieron de Felipe V los plenipotenciarios tuvieron que hacer concesiones en todos los apartados, y su único éxito en realidad fue mantener lo referido al "caso de los catalanes". Gran Bretaña recibió la plena soberanía sobre Gibraltar y Menorca y amplias ventajas comerciales en el imperio español de las Indias, concretadas en el asiento de negros, que fue concedido a la South Sea Company y en virtud del cual podía enviar a la América española un total de 144.000 esclavos durante treinta años, y el navío de permiso anual, un barco de 500 toneladas autorizado a transportar bienes y mercancías a la feria de Portobelo y libres de aranceles. Con estas dos concesiones se rompía por primera vez el monopolio comercial que había mantenido la Monarquía Hispánica para sus vasallos castellanos durante los dos siglos anteriores —los términos en que debía operar el navío de permiso fueron concretados en un sentido aún más favorable para los intereses británicos en el tratado comercial que se firmó en 1716—.20
Le siguieron otros 19 tratados y convenciones bilaterales y multilaterales entre los estados y monarquías presentes en Utrecht, entre los que destacan:
- Tratados entre Francia y las Provincias Unidas, Brandeburgo, Portugal y el ducado de Saboya (julio de 1713).
- Tratados entre España y el ducado de Saboya (julio de 1714), las Provincias Unidas (julio de 1714) y Portugal (febrero de 1715).
- Convenios comerciales entre Gran Bretaña y España (marzo y diciembre de 1714 y diciembre de 1715).
...............................................Anecdotas............
La culpa de la pérdida de Giblartar la tuvo uno de Velez-Málaga, 60 años antes.
Alonso Enríquez de Guzmán y de Orozco (Vélez-Málaga, 9 de junio de 1631 Era fruto de los amores del rey Felipe IV con Constanza de Ribera y Orozco, dama de honor de la reina Isabel de Borbón .
En 1646 falleció Don Baltasar Carlos, príncipe de Asturias, hijo de Felipe IV. Desolado, el monarca hizo intentos por legitimar a Alonso y recibirlo en la Corte. Sorprendentemente, el joven se negó y muy al contrario, decidió tomar los hábitos de la Orden de Santo Domingo. tomó nombre de Fray Alonso de Santo Tomás.
El sucesor de Felipe IV tuvo que recaer en un varon, Carlos II, el Hechizado, esteril e incapaz de gobernar un reino como el español. Murió sin descendencia en noviembre de 1709, y por ello se armó la gerra de Sucesión, y la perdida de Gibrartar por el tratado de Utrechc.
Es decir, que si el fraile de Vélez-Málaga hubiera aceptado ir a la Corte, ser legimitado por su padre, y sucedido como rey, con descendencia, evidentemente, no se hiera armado lo que ser armó y el advenimiento del Borbón Felipe V..