El artista cobró cinco millones de euros y 3,8 más para compensar el pago de impuestos
El Ministerio de Asuntos Exteriores aportó 11,5 millones de
euros entre 2007 y 2011 para la cúpula que Miquel Barceló decoró en la
sede de la ONU en Ginebra (Suiza).
Esta cantidad supuso un sobrecoste de 6,5 millones de euros, un desvío
del 130 por ciento, ya que en principio el Gobierno iba a destinar a
este fin sólo cinco millones de euros.
Así lo refleja un demoledor informe del Tribunal de Cuentas
recién entregado al Parlamento. El órgano fiscalizador denuncia un
cúmulo de irregularidades en el proyecto de la cúpula de la sala de los Derechos Humanos y la Alianza de las Civilizaciones,
una apuesta del entonces presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez
Zapatero, y su ministro de Exteriores, Miguel Ángel Moratinos.
Los despropósitos de la llamada «Capilla Sixtina de la ONU»
arrancan en febrero de 2007, cuando España y la ONU firman un convenio
para que el artista mallorquín decore la citada sala. Calcularon una
inversión de tres millones de euros, pero sin «previsión alguna en
relación con el coste de la obra artística». Para el proyecto se puso en
marcha la Fundación ONUART, que contrató a Barceló en julio de 2007 a
cambio de cinco millones de euros netos. En total percibió 8,77
millones, el resultado de sumar a sus honorarios otros 2,5 millones para
«compensación por IRPF» y 1,3 más por las retenciones aplicadas.
El Tribunal de Cuentas denuncia que Barceló giró facturas
para compensar su IRPF pero «no aportó las correspondientes
liquidaciones».