La Iglesia Católcia necesita mucho dinero, dice que ni especular, ni blanquear dinero es pecado. Jesucristo esra un pescador de hombres, la Iglesia un pescador de Euros.
El Papa Paco habla de pobreza franciscana en la Iglesia, con el tiempo todo se verá.
No especularás no es un mandamiento, por lo que las finanzas de la Iglesia pueden tener orígenes muy diversos. El número dos de la economía del Vaticano es un español, monseñor Lucio Vallejo, un religioso de 51 años, procedente de Astorga
(León), en cuya diócesis ejerció de ecónomo durante 20 años. Miembro
del Opus Dei y protagonista de una carrera tan eficaz como discreta,
algunos analistas se preguntan si su perfil será del agrado del nuevo papa Francisco, un jesuita. Porque si en algún punto un jesuita tiene poco que ver con un miembro del Opus Dei
es en su forma de interpretar el mundo a través de la economía. Y, dado
el caso, las operaciones en Bolsa y la especulación (inmobiliaria) han
sido dos de los ejes capitales de la gestión de monseñor Vallejo.
Cuando en el verano de 2001 se supo que algo más de 300.000 euros
confiados al ecónomo de Astorga habían caído en Gescartera, alguien pudo
pensar que la sólida trayectoria del padre Lucio Vallejo estaba a punto
de tocar a su fin. Gescartera era un chiringuito financiero de dudosa honradez que resultó ser el primer escándalo del Gobierno de Aznar.
Varias diócesis españolas fueron sorprendidas jugando a la renta
variable, con fondos propios o confiados por los feligreses, en un
asunto que la Iglesia resolvió sin explicaciones, como viene siendo
habitual. Vallejo tampoco se vio obligado a dar alguna respuesta en
público.