Matisse y su evolución hacia el éxtasis
Por: EL PAÍS | 20 de diciembre de 2012
MATISSE.5._Still Life with Purro I_Henri Matisse
Still Life with Purro I (1904), de Matisse
Por Roberta Smith (crítica de arte del New York Times)
Al gran modernista francés Henri Matisse (1869-1954) no le gustaba formar parte de ningún grupo. A principios del siglo XX lideró la breve arremetida de los fauvistas —aquellas “bestias salvajes” de colores intensos y texturas contundentes— pero, por lo demás, se abstuvo de los movimientos distintivos del arte moderno.
Estaba en comunión con artistas del pasado lejano o no tan lejano, y periódicamente se codeaba con el cubismo y la obra de su máximo rival, Picasso. Pero su principal deseo era, como él decía, adentrarse “cada vez más en las profundidades de la pintura verdadera”. Este proyecto fue en todos los sentidos una excavación, y lo logró en parte profundizando en su propia obra, revisitando ciertas escenas y temáticas una y otra vez y, en ocasiones, creando copias en apariencia similares, aunque drásticamente diferen-tes, de sus cuadros. MATISSE.25._Laurette in a Green Robe, Black Background_Henri Matisse
Su evolución rigurosa aunque ilimitada es el tema de la muestra Matisse: in search of true painting [Matisse-: en busca de la verdadera pintura], en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, una de las exposiciones más apasionantemente instructivas sobre el pintor (dura hasta el 17 de marzo). Tan cautivadora como sucinta, la muestra aborda la extensa carrera de este maestro francés con solo 49 cuadros, pero casi todos son obras estelares, cuando no esenciales.
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