
(La Luna tomada con mi Nikon p500. zoom de 36x digital)
Siempre hay en la distancia el espejo espía que no alcanzamos a tocar y sin embargo vemos, es el otro lado de la visible perceptible, lo mismo me sucede al contemplar la Luna como un perito en noches, es tal cual moneda encendia en el nocturno cielo de la inaugurada edad del olvido y de la soledad más completa del Universo.