En los pensamientos residen nuestras emociones, nuestra ilusión, en ellos nace nuestra dedicación y compromiso, nuestra fe y confianza, ellos son el imán para la riqueza o para la pobreza que estamos experimentando.
Depende lo que pensemos y opinemos respecto a algo, generaremos unas emociones positivas o negativas, lo que nos llevará a unos resultados de acción, de actitud, etc, en una u otra dirección, y por tanto a un estado u otro de riqueza y abundancia.
Son los pensamientos por tanto los que generan los resultados positivos o negativos de nuestra vida. Lo que muchas personas no imaginan es cómo muchos de nuestros pensamientos ni siquiera son nuestros, sino heredados de padres, abuelos, que a su vez los heredaron de sus ancestros, y vamos así adoptando como nuestras creencias e ideas sobre el dinero, sobre el mundo, sobre los negocios, sobre la gente rica y sobre la gente pobre. Creencias e ideas que en realidad nacieron en otra época, otro lugar y de personas que no tienen nada que ver con nosotros.