Zapatero anuncia un adiós prematuro, aunque sólo para su mandato personal porque, seamos sinceros, para el resto de ciudadanos ya se intuía y se esperaba.
La fecha, sin embargo, no deja indiferente a nadie, o casi a nadie: ha de ser bien conocida por quienes institucionalmente enaltecieran el recuerdo de la memoria histórica entre las masas de todo tipo y condición. Y posiblemente una estrategia política, más que un día señalado a festejar o simbolizar, al menos para el recuerdo del socialismo contemporáneo.
El día 20 de noviembre de 1936 perecería José Antonio Primo de Rivera en la prisión de Alicante, acusado y ajusticiado por conspiración: fundador de Falange y previsiblemente, previa caída de Onésimo Redondo, aspirante a la presidencia del gobierno de la nación, a traves de la revolución armada.
El día 20 de noviembre de 1975 fallecería Francisco Franco Bahamonde, presidente de la nación, en calidad de dictador y cansado de vivir en el confort de la fiesta y la implantación de obligaciones a los demás.
El día 20 de noviembre de 2011 fallece, políticamente hablando, José Luis Rodríguez Zapatero: socialista neoliberal y última estirpe de la recesión de la igualdad y el bienestar social. Atrás deja a millares de ciudadanos en hambruna; a multitud de familias deshuciadas; a centenares de miles de familias más sin futuro inmediato y sumidos y sometidos al nefasto imperio de las multinacionales.
Descansen los tres en en paz.
A partir de aquí debería terminar el tripartito que zapatero alentara y tantos disgustos, desigualdades y discriminaciones causara y causa a la sociedad en su conjunto.
Agustín Conchilla