Pese al menor empuje, el déficit del Estado ha caído un 18,9% en el primer semestre, según los datos presentados ayer por Hacienda. Con ese descenso a mitad de año, el déficit se sitúa en el 2,21% del PIB, equivalente a 24.132 millones de euros. Es casi la mitad de lo previsto para todo el año en la Administración central, aunque el segundo semestre concentra más pagos que el primero y, por tanto, encierra un mayor nivel de incertidumbre. Además, a partir de julio se agotará el efecto de mejoría que registraban los ingresos por la subida del IVA. Hasta ahora se comparaba un ejercicio, 2011, con otro en el que el tributo era más bajo. A partir de julio, cualquier recaudación adicional dependerá de la reactivación económica. Y todo apunta a que el crecimiento del PIB será inferior al 1,3% previsto.
NUESTROS MALES Y NUESTRAS RIQUEZAS:
Tenemos un Estado sobredimensionado en funcionarios y gastos por gastar, sin limitarlo a lo esencial. Tenemos un Senado en la percha para salir los domingos, que es prescindibles. Unas diputaciones provinciales que gastan sin control, partidistas y duplicada, y que deberían desaparecer, y acoplar, y coordinar sus funciones a las comunidades autónomas, respectivas. Unos ayuntamientos que se endeudan sin cabeza. Algunos ayuntamientos pequeños que deberían integrarse en mancomunidades. Autonomías uni-provinciales que no pueden mantener unas Cortes propias con 30 ó 40 diputados, que ante el déficit deberían devolver competencias al Estado como Sanidad y Educación, que se llevan los mayores gastos. Existe mucho asesor enchufado.
No es necesario aumentar impuestos, sino controlarlos para que pague todo el mundo. Hay constancia, y los consumidores lo sabemos que, muchos no declaran el IVA cuando cobran al contado como talleres mecánicos, repación de calzado, economías sumergidas, bares, restaurantes, consultas privadas de médicos, masajistas, peluquería, tiendas de confección etc, etc. Luego tenemos los grandes capitales en paraísos fiscales, y fraudes multimillonarios.
Es decir, recaudar más y gastar menos, o por el contrario producir más. No nos engañemos en decirle a la gente que en el futuro podremos tener la industria que tienen, por ejemplo: los alemanes. Porque nuestra principal riqueza es el turismo por nuestro clima y nuestras playas, nuestra gastronomía, cultura por eso no nos queda más remedio que ser amables con los turistas para que vuelvan oros años. No queda más remedio que invertir en paseos marítimos, puertos deportivos, campos de golf, hoteles baratos, camareros sonrientes y con tres idiomas…
Y en consecuencia una ciudadanía más participativa, ¿qué puedo yo hacer por España? Ya tenemos un brote de ciudadanía democrática incipiente es el movimiento 15-M.
Y tenemos un mal enraizado con el que hay que acabar, con el socialismo descerebrado y demagógico de Zapatero. Que se vaya ya. Necesitamos cambios.
