Sonia Castedo, alcaldesa de Alicante, ha decidido modificar el reglamento del pleno para limitar el número de dedicaciones exclusivas entre los concejales. En Alicante en las últimas legislaturas, todos los ediles tenían dedicación exclusiva, tanto los de la oposición como los del gobierno, situación que, en aras de la necesaria austeridad económica, va a cambiar ya que la alcaldesa tiene previsto reducir el número. Esta medida que afectará a los grupos de la oposición, también repercutirá previsiblemente en los ediles populares, ya que la alcaldesa podría.
La número uno del grupo socialista, Elena Martín señaló ayer a este respecto que "si se quita la posibilidades de trabajo y los medios de la oposición, se cercena la democracia, pero si reducen las dedicaciones responderemos con más trabajo". Miguel Ángel Pavón de EU reiteró que, a su juicio, no se debería reducir el número de dedicaciones exclusivas, sino bajar los salarios de todos los concejales como mínimo un 15% tal como apuntó en la campaña electoral. Por su parte, el concejal de UPyD Fernando Llopis está valorando si renuncia él mismo a la dedicación exclusiva, "si es que veo que puedo compatibilizar mi trabajo en el Ayuntamiento con las clases en la Universidad".
Esta decisión de la primera dama de Alicante, sí me gusta. Los concejales electos deben sentir en sus bolsillos el peso de la indignación de la calle. Apretarse el cinturón, reducción de sueldos, gastos, de coches oficiles y de escoltas.
No me gusta el político que sale de la Universidad y me mete en un Ayuntamiento y a escalar, primero ha de ejercer una profesión y cuando tenga unos años de experiencia y de despidos y de detenciones, ya estará preparado. Presiento y siento que muchos buscan una concejalía para colocarse. Sin sueldo se vería si un cargo electo es vocacional o por interés. Pero en fin, esto es solamente una utopía.