Frascisco de Quevedo, el más satíricos poetas de Barroco, que sufrió varios años de cárceles, cárceles en el siglo XVII, escribio en su libro "Sueños y Discusos" (Barcelona 1627):
¿Queréis ver qué tan malos son los letrados? Que si no hubiera letrados no hubiera porfías, y si no hubiera porfías no hubiera pleitos, y si no hubiera pleihttp://www.blogger.com/img/blank.giftos no hubiera procuradores, y si no hubiera procuradores no hubiera enredos, y si no hubiera enredos no hubiera delitos, y si no hubiera delitos no hubiera alguaciles, y si no hubiera alguaciles no hubiera cárcel, y si no hubiera cárcel no hubiera jueces, y si no hubiera jueces no hubiera pasión, y si no hubiera pasión no hubiera cohecho: mirad la retahila de infernales sabandijas que se producen de un licenciadito, lo que disimula una barbaza y lo que autoriza una gorra.