Ángela Galdón Griñán
¡Bienvenido, Mister IKEA!
Las grandes superficies están de moda ni más ni menos, porque ofrecen al consumidor lo que no puede ofrecer el comercio pequeño como espacio, aparcamiento y, sobre todo, ahorro de tiempo al ciudadano trabajador que tiene un horario normal de trabajo. Nos da un servicio cómodo dentro de un mismo recinto y la posibilidad de hacer nuestras compras sin tener que desplazarnos cuando llega la hora del almuerzo, mientras que los comercios pequeños, permanecen cerrados. ¡Me agobia el tema aparcamiento!, y mi bolsillo ya no resiste el gasto del uso de los parking. Recuerdo aquel eslogan de «Corazón de Alicante»: ¿qué ha sido de ese pobre corazón?, que hoy ya tan sólo sufre de colesterol social en sus calles, de infartos en sus vías por obras continuas inacabables, que obstruyen las arterias y agotan al personal; un corazón cada vez más deteriorado, en el que se cobija al drogota y al ladrón y a las pobres prostitutas que por una papelina venden hasta el corazón. La verdad es que los comerciantes del centro de la ciudad lo tienen cada vez más crudo, y entiendo perfectamente que no sea de su agrado la implantación de un nuevo centro en nuestra ciudad como es Ikea. Habría que hacer un estudio para lograr que los ciudadanos que vivimos lejos del centro de la ciudad tuviéramos más facilidades para dejar nuestros vehículos, como por ejemplo parkings gratuitos. ¿Quién mantendría dichos parkings? Pues los comerciantes del centro de Alicante con alguna ayudita del propio Ayuntamiento para conservar su estupendo comercio del centro neurálgico, que verían aumentadas sus ventas si sufragaran ese gran problema que nos ocupa y que nos aleja cada vez más de ellos.