Parece mentira que ciertas personas, enfadadas consigo miasm, que se llaman afines al arte alicantino lo intenten destruir, menoscabar y tirarlo por tierra, desalentando a las instituciones para que no lo apoyen, sobre todo hoy día en tiempos de crisis donde se han reducido los gastos público. Sería muy fácil para las instituciones suprimir toda subvención y quedarnos a oscuras de colores.
Las ayudas institucionales son necesarias para todo tipo de arte, sobre todo, ante la falta de coleccionistas, espectadores o vida cultural. El arte alicantino no puede sobrevivir por sí mismo, y sin ayudas oficiales.
Pues nada, hay gente empeñada en que se corte esa vena fina que alimenta el arte de la pintura en Alicante, y otras artes como teatro, literatura, revistas o música.
Hace quince o veinte años, en Alicante solamente teníamos: el Museo de la Asegurada, una sala calle Mayor, la sala de la CAM, y un par de galería privadas. Hoy en día tenemos más lugares expositivos. La Diputación de Alicante, y sobre todo, gracias a las iniciativas de Julio de España, tenemos el MUBAG, el MARQ. Este año está a punto de abrirse La Asegurada con arte contemporáneo internacional, Además patrocionan el certamen anual de Artes Plásticas. La Diputación colabora con algunas puntuales exposiciones del Ateneo, la Asociación de Artistas Alicantinos y Espejo de Alicante.
El Ayuntamiento gestiona la Lonja del Pescado, sala de la Ereta, El Castillo de Santa Bárbara, la sala polivalente del monte Tossal, la sala en el Patronato Municipal de Cultura, Centro 14 y jornadas de pintura al aire libre en la plaza Gabriel Miró, y proximante en Las Cigarreras.
El que las autoridades se den cuenta que los museos y las pintura son fuente de atractivo turístico, ha coStado mucho, y ahora que vamos levantado cabeza, pues a algunas personas que tienen ventana abierta en la Prensa local se encargan de acabar con los brotes verdes del arte en Alicante. Esto no sólo es impresentable, sino que es catatónico y catastrófico, como un cataclismo hecho en el comedor de tu propia casa.
Hoy domingo con un frío que pelaba, unos sesenta pintores hemos estado en la plaza Gabriel Miró, levantando el interés por la pintura en los más jóvenes y dando ambiente cultural a nuestra ciudad, pues bien haya gente que esto lo ven mal. Qué fácil es destruir y que difícil es destruir.
Ramón Fernández Palmeral