40 alicantinos bajo la pluma de Tirso Marín
Desvela biografías de paisanos como Arniches, Gastón Castelló y Don Paquito «el hombre más pequeño del mundo»
14.04.10 - 00:35 -
SERGIO BALSEYRO |
El gran Tirso Marín ataca de nuevo y avisa que su libro número 14 «va muy en serio». El veterano periodista acaba de lanzar '40 alicantinos', una biografía de cuarenta paisanos, «en cuyas vidas encontramos retazos del devenir de la ciudad», y los famosos «valores alicantinos», que para él son «las cosas, monumentos, las calles desaparecidas...». Reconoce que «no soy un escritor, cuento cosas con estilo periodístico» y así lo demuestra en esta nueva entrega, que se presentará el próximo día 20 de abril, a las 19,30 horas, en el Real Liceo Casino de Alicante, que contiene realidad y leyenda, condimentos imprescindibles para unas buenas historias de empresarios, médicos, músicos, pintores, sacerdotes, toreros, futbolistas, periodistas, escritores y tipos pintorescos de la ciudad. «Algunos no eran nada, pero eran mis amigos», afirma con su sarcástica carcajada, antes de desglosar, contar y cantar las alabanzas de sus retratados.
En '40 Alicantinos' descubrimos a Don Paquito, considerado el «hombre más pequeño del mundo», que eligió Alicante «para refugiarse de su vejez y de su estrechez», o al doctor Claramunt, médico enfermero de la Plaza de Toros y de la Casa de Socorro, «que estuvo en el famoso bombardero del 25 de mayo y le tocó asistir a 2.000 heridos». También se encuentra en estas lineas el doctor Vicente Reyes, «referencia histórica de la plaza de toros».
No encontramos ni a Gabriel Miró, ni a Oscar Esplá, ni a Azorín «porque ya se ha glosado mucho de ellos», pero sí aparece, como bien define, el «comediógrafo» Carlos Arniches, que «inventó el lenguaje chulesco madrileño siendo de Alicante, eso es lo que se dice».
Son gente, «que vale la pena», sagas como la de los Sánchez Sanjulián, Joaquín Candela, médico y músico autor de 'Las mulillas'. Los Latorre. Y así dos de cada. Dos alcaldes, Lorenzo Carbonell, y Ramón Hernández, «una buena persona, con boina que no robaba al ayuntamiento, que fue alcalde nueve días». «Entregó el mando a Luciáñez, primer alcalde con Franco, se fue a casa y lo detuvieron a los pocos días, le condenaron a 30 años y al ver que era buena persona le conmutaron la pena por el destierro». Entonces «se puso la sentencia en un pergamino en la pared con letra gótica, y decía que a falta de título, tenía la sentencia».
El más entrañable es el recientemente desaparecido periodista y en los últimos años político Pepe Marín. El personaje más pintoresco, el Meló, «un corredor, sin profesión alguna al que pagaba la gente y que llegó a reventar un caballo corriendo».
Hay dos no alicantinos, pero adoptados, el ya citado Pepe Marín y Luis Figueiras.
En '40 alicantinos' se encuentra al Templaíto, «el primer torero en tomar la alternativa, y el más golfo, que murió de mala manera, al clavársele una banderilla».
