ARTICULOS DE OPINION


Revista digital de arte, cultura y opinión en Alicante. Enlace con POESIA PALMERIANA. En estas páginas no podemos estar ajenos a lo que pasa en España ni en el mundo. Dirigida por el escritor, poeta y pintor Ramón PALMERAL. Los lectores deciden si este blog es bueno, malo, o merece la pena leerlo. El periodismo consiste en decir lo que a algunos no les gustaría leer.

sábado, 16 de enero de 2010

Terremotos, dioses y gentes

La deriva de los continentes es un acción constante del movimiento del planeta llamado Tierra, esto demuestra una vez más que la Tierra no pertenece al hombre, que la Naturaleza no nos conoce, y que ella lleva su curso en el camino estelar de las estrellas en el Universo en movimiento y expansión y que los dioses son inventos de los hombres. Lo que ha pasado ahora en Haití, como pasó antes en Nicaragua o en otros lugares de la tierra y de los mares con sunamis y huracanes asesinos no es más que los movimientos de las placas tectónicas y su fallas o la acción climática.
Los sacerdotes, monjes, gurús y demás religiosos creen aún en los castigos divinos, como si Dios no tuviera más que hacer que castigar los hombres por sus pecados. Seamos realistas y entendamos de una vez por todas que los dioses son invento de los hombres en su desesperación en buscar respuestas a la preguntas existencialistas. Que las gentes en su ignorancia y en su desesperación busca siempre culpables. Ningún ente divino tiene la culpa de los desastres naturales, la Tierra sigue su juego vital en la deriva de los continente por millones de años, y esto será así incluso después de que el hombre desaparezca sobre la faz de la Tierra por uno, dos o diez millones de años que, sin duda, es para la Tierra lo que dura una cerilla encendida en nuestras manos.
Así que lo único que cabe es acondicionar nuestras cuevas-viviendas-panales en mejores condiciones de estabilidad ante terremotos, prevenir, preparar y disponer de medios rápidos de actuación y ayudas para quienes les toque la mala fortuna del azar.

Palmeral