ISRAEL VIANA | MADRID
«No conozco nada más idiota que morir en un accidente de auto», dijo Albert Camus en referencia a la muy reciente pérdida de Fausto Coppi, el histórico ciclista. Al día siguiente, 4 de enero de 1960, hace hoy justo 50 años, el propio Camus se dejaba la vida sobre el asfalto de la nacional 5, cerca de La Chapelle Champigny.
Ocurrió cuando su amigo y editor Michel Gallimard conducía a gran velocidad su Facel Vega en una recta sin obstáculos y el neumático reventó. El Premio Nobel de Literatura 1957 iba a la derecha del conductor. «El encontronazo con un árbol fue tan violento que el vehículo se partió en tres pedazos, y Camus fue a parar a los asientos posteriores. La muerte del famoso escritor fue instantánea», contaba el corresponsal de ABC en París, Federico García-Requena, en una crónica titulada «La muerte, imprevista y absurda, de Albert Camus».
El vehículo quedó tan destrozado que se tardó mucho tiempo en extraer el cadáver del escritor de entre los restos del coche. Michel Gallimard, en cambio, fue trasladado grave al hospital y su esposa y su hija sufrieron tan sólo contusiones.
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